A la vereda del camino
Lic. Roy Levell Brown
Todos los años, cada 11 de abril, marca la fecha cívica en la cual se celebra un aniversario más del héroe nacional Juan Santamaría, que dio su vida por la libertad de su pueblo y de su país. Todos los años las mismas actividades: bombetas, desfiles, discursos, entre otras cosas. Pero creo que esta vez, entre estos lenguajes tan floridos y esta maratónica de discursos, hubo un discurso excepcional.
Hay mentes brillantes. No sé si se acuerdan de esta muchachita Malala Yousafzai, nacida en Mingora, Pakistán, el 12 de julio de 1997. Es una estudiante, activista y bloguera pakistaní. Ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2014. A sus 17 años, es la persona más joven con ese galardón en cualquier categoría. Siendo estudiante, sufre un atentado y, después de su recuperación a la vida normal, dijo las siguientes palabras: “Volver al colegio me hace muy feliz. Mi sueño es que todos los niños en el mundo puedan ir a la escuela porque es un derecho básico”.
No sé si se acuerdan de algunas de las tantas buenas palabras pronunciadas por esta muchachita Evelyn Poveda, 13 años, “la niña del discurso”, el día 11-A en Alajuela. ¡Qué educación, capacidad y talento! Dentro de poco podría estar jugando en las grandes ligas de la política. Esta jovencita, tal vez, por ahora no se gana un Premio Nobel, pero con una memoria tan admirable tiene un brillante futuro por delante.
Perdón, hablando de política y buena memoria, me llegaron a la mente las futuras elecciones en febrero de 2018, más de un precandidato ya está preparando su camino hacia Zapote. Todos tendrán las mismas oportunidades, pero hay algo que me llama mucho la atención: ¿Será que el costarricense tiene mala memoria o que alguno que otro político por ahí le está fallando la memoria?
Siempre lo he dicho; gobernar este país es una rutina. Casi todos los días alguna huelga, manifestaciones, protestas, conflictos y, por otro lado, el Gobierno con su plan fiscal. La verdad, llevamos dos años, la gestión de esta Administración Solís Rivera está muy por debajo de las expectativas, pero dice que no hay que perder las esperanzas porque todavía falta el segundo tiempo.
Tal vez por lo calmados que somos, o por lo de un país pura vida y, aquí se respeta la institución de la democracia, más de un político tradicional, que siempre está en la arena política al acecho, tratará de aprovechar las circunstancias de falta de un buen capitán para dirigir este barco. Cualquier persona (hombre/mujer) nacional mayor de edad puede postularse, pero tratemos esta vez de elegir la persona idónea para el puesto.
No sé qué nos pasa algunas veces. La fuerza política que es Liberación Nacional, que tiene décadas haciendo historia, no tiene mentes frescas y capaces para asumir este nuevo reto elecciones 2018. Casi estamos viendo las mismas caras de siempre.
Anteriormente se mencionó el asunto de buena memoria. Cómo es posible que una persona cerrara el medio de transporte más eficiente del mundo como es el ferrocarril Limón-San José, un banco competitivo, el Banco Anglo, y otros negocios más; se va tranquilamente, luego aparece diez años después como si nada ha pasado, es decir, el dueño que aparece diez años después para ver si todavía está su finca de ganado; ese pretende reelegirse, qué ironía más cruel.
“Hoy la sociedad está despierta, discute, se irrita. Es una sociedad que quizás no sepa aún bien lo que quiere, pero que está empezando a saber lo que ya no quiere”. En las urnas vamos a elegir el futuro de nuestro país, de nuestros hijos, nietos y futuras generaciones. A la vereda del camino encontraremos muchos con cara de buen samaritano con tal de llegar a Zapote u optar por otras posibilidades, pero mucho cuidado, ya no más cuentos y no dejar que nos metan más yuca.
