El Reino Unido votó a favor de abandonar la Unión Europea (UE) tras conseguir el 52% del respaldo ciudadano frente al 48% que apoyó la permanencia en el referéndum sobre su relación con el bloque comunitario.
Ante esto tendrá dos años para negociar una salida institucionalizada, según establece el artículo 50 del Tratado de Lisboa, para que el resto del continente deje de depender poco a poco de estos países, así lo mencionó el politólogo Sergio Araya.
“En estos dos años tienen que desestructurar todos los vínculos institucionales que existían, por ejemplo el Reino Unido formaba parte de la Comisión Europea, del Parlamento Europeo, de la institucionalidad europea. Hay acuerdos en los que ha sido parte en temas como la regla fiscal que se maneja en toda Europa o en posesiones comunes en órganos multilaterales como las Naciones Unidas.
Es una salida que permite ir haciendo ese traslape, hay que ir dejando de lado ciertas competencias, transferencias de recursos que se venían haciendo sistemáticamente. Esto implica también comprender que es un socio menos, esa carga económica que ya no se va a percibir tiene que ser distribuida entre los otros países”, explicó el experto.
En las medidas a corto plazo, los beneficios que ha tenido durante 23 años los perderá por la decisión que se tomó en los comicios electorales.
“Gran Bretaña tiene dos años, a partir de este momento, para que se haga una salida negociada, pero perderá la libre circulación de personas, de mercadería, de tener la posibilidad de contar con un pasaporte único, productos de importación”, agregó.
En la parte de seguridad ya no tendría un resguardo por parte de las demás naciones, pues al salir perderá todo derecho.
“No va a tener una política en materia de seguridad internacional ante los grandes desafíos que enfrenta la comunidad mundial como el terrorismo internacional, el crimen organizado transnacional.
Los países más débiles que pertenecen a la UE van a tener mayores dificultades para poder encontrar espacios de trabajo en Gran Bretaña; es, en sí, el temor a la inmigración masiva”, indicó.
DEBER DE PAÍSES GRANDES
Las potencias europeas deberán tomar la batuta en este tema, pues esta salida deberá hacer conciencia para que los poderosos europeos mermen las consecuencias que puede haber para el resto de los miembros de la UE.
“Va a ser un deber especialmente en aquellos países que son considerados como conductores de la UE, tanto como por el tamaño de su economía como por el liderazgo político, así como la fortaleza de sus instituciones nacionales y su aporte a la institucionalidad comunitaria, como son Alemania y Francia, que están llamados a liderar ese esfuerzo de cohesionar y comprender las motivaciones finales que tuvieron esos ciudadanos para buscar corregir esos aspectos”, finalizó.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: José Alvarado Brenes Colaborador
EMAIL: [email protected]
Sábado 25 Junio, 2016
HORA: 12:00 AM