Albores de campaña electoral
Marcela Chacón
¿Qué significa el hecho de que a pesar de que falta la mitad de este período presidencial han aparecido más de 10 personas que aspiran a ocupar la silla principal de Zapote? ¿Será acaso que los cuatro años que constitucionalmente se contemplan para cada administración se nos quedan cortos para dar cumplimiento efectivo y eficiente al mandato del pueblo? ¿Obliga esta circunstancia a hacer planteamientos de forma anticipada a fin de que al momento de iniciar el período haya propuestas “digeridas” para sortear los obstáculos que los procesos de la administración pública establecen? ¿O será más bien que ante una gestión sin brillo y que se perfila como de “patear el tarrito” surge la necesidad de propuestas que saquen adelante al país y a sus instituciones?
Sea cual sea la razón, el hecho es que la campaña electoral ha comenzado y que no se detendrá hasta que una nueva persona reciba la banda presidencial en el 2018. Ahora es el momento para que todos los que nos hemos quejado de la opacidad de la administración actual aportemos ideas para el desarrollo de programas de gobierno inclusivos, oportunos, propositivos y de posible cumplimiento para el siguiente cuatrienio.
No importa cuál sea nuestro color o ideología política, lo realmente valioso consiste en enriquecer desde las distintas trincheras una contienda electoral sustentada en ideas de impacto social y económico y orientadas a mejorar las condiciones de vida de todos los costarricenses. En este sentido, me complace que al menos tres de los precandidatos presidenciales con los cuales he tenido la posibilidad de conversar en las últimas semanas creen en un gobierno de composición pluripartidista capaz de conjugar dentro de su esquema de trabajo las visiones de los distintos sectores con miras al bien común.
La arena política costarricense dejó de ser bipartidista desde hace algunos años, aunque el deslucido desempeño del “gobierno del cambio” ha generado el reforzamiento de los partidos tradicionales. Por esta razón, es completamente inviable mantener el concepto de la alternabilidad del poder entre las dos fuerzas mayoritarias sin considerar a los demás actores que han avanzado dentro de los procesos de participación política activa del país, y cuyos principios recogen ideas desde el rojo escarlata del Frente Amplio hasta la liberalidad abierta del partido con ese nombre.
Creo que la pluralidad en visión y pensamiento serán una herramienta fundamental para el próximo Presidente y su gabinete de gobierno. Ojalá los candidatos no desaprovechen el hambre de participación que se ha gestado en estos tiempos y que echen mano de la experiencia y conocimiento que las distintas posiciones disponibles pueden traer para la reducción de la curva de aprendizaje y el efectivo “manos a la obra” de quienes lleven las riendas de nuestro país en el futuro. Feliz martes.
