El presidente Luis Guillermo Solís sigue a la baja. Un estudio realizado por la firma Gil Internacional, a cargo de los investigadores Florisabel Rodríguez y Rowland Espinoza, reveló que más de la mitad del país tiene una percepción negativa del mandatario.
La encuesta se realizó del 4 al 21 de mayo pasado, con un total de 2.002 entrevistas a costarricenses mayores de edad. El tipo de estudio es entrevista telefónica. El margen de error es del +-2%.
Según la medición, un 55% de los encuestados opinó tener una percepción negativa del gobierno de Solís, mientras que un 17% dijo que era positiva. Sin embargo, no siempre fue así.
En noviembre del 2014 la percepción positiva era mayor que la negativa. Un 45% pensaba bien de la administración mientras que un 29% no.
Cinco meses después, indica el estudio de Gil Internacional, las cosas cambiaron y un 41% negativo se impuso a un 36% positivo.
A partir de ese momento la caída del Presidente ha sido sostenida. Del 36% de abril pasó a un 20% en noviembre y bajó a un 17% en mayo pasado.
Allan Mora, politólogo, explicó que el ciudadano le está pidiendo al Presidente que no viaje, pero Solís no le hace caso. “La comunidad le está pidiendo que lo quiere ver aquí. Lo quieren ver con un pico y una pala solucionando los problemas más domésticos del país”, dijo. Mora comentó que Solís atraviesa por una etapa por la que han pasado otros gobiernos donde las opiniones no son positivas, ya que no se solucionan los grandes problemas que enfrenta Costa Rica. “Seamos honestos, el Presidente no puede venir a resolver los problemas viales cuando el país enfrenta un rezago en inversión de hace años”, señaló.
Sergio Araya, abogado y politólogo, aseguró que la tendencia de Solís a la baja se va a mantener. “Hay más probabilidades de que caiga más a que cosas medianamente positivas puedan contener el descenso”, comentó.
Araya dijo que el costarricense conforme pasan los meses, los años y no ve que se solucione nada entra en una fase de frustración y desencanto; ante eso nada se puede hacer.
El experto explicó que la falta de una buena política de comunicación le ha pasado factura al mandatario.
