Renacer y futuro socialcristiano
Esteban Jiménez Pacheco*
Todas las sociedades evolucionan y los partidos políticos también lo hacen. Cuando en el 2014 la agrupación Renacer Social Cristiano asumió el control del PUSC, inició un proceso para eliminar anticuerpos que generaron un renacer dentro del partido y rompieron con la estructura caudillista que lo caracterizaba. Se dio una nueva oportunidad de demostrarle al ciudadano que en la política hay que adaptarse para avanzar, particularmente ante un cambio generacional.
El Partido Unidad Social Cristiana tiene en la actualidad una nueva estructura, con visión de futuro y un verdadero proyecto país donde el desarrollo económico con equidad volvió a ser prioridad. Este cambio ha generado un efecto positivo, atrayendo nuevos integrantes a las bases del partido y muestra de ello es que el pasado mes de marzo, 150 jóvenes del Partido Movimiento Libertario decidieron unirse a las fuerzas del PUSC, que vienen a enriquecer al partido político con jóvenes de un pensamiento más liberal.
Para ver el cambio que los costarricenses esperamos se necesitan acciones, y eso demostró la fracción legislativa del PUSC el pasado 1ero de mayo, donde impuso liderazgo y presentó una agenda con proyectos de ley con sentido y apegados a la realidad económica del país, tanto así que fue la única fracción legislativa que tuvo como prioridad la contención del gasto público, y no el aumento de impuestos.
Además, la base de juventud del PUSC es la única agrupación joven que ha presentado un proyecto de ley para dar solución al problema de empleo para los jóvenes del país, y como las acciones valen más que las palabras, al día de hoy la Unidad se consolida como la segunda fuerza política de este país gracias a las 14 alcaldías que obtuvo en las últimas elecciones municipales.
Hablando de visión a futuro, el proyecto país pretende posicionar a Costa Rica como un “hub” logístico para el comercio en América, sacando provecho de nuestra posición geográfica, y hacer de ella un negocio lucrativo para nuestra economía. La nueva Terminal de Contenedores en Moín (TCM) es determinante para este proyecto país, ya que permitirá en su primera fase atender buques con cuatro veces más capacidad de carga de los que actualmente se atienden.
Dicha terminal debe integrarse a un proyecto aún más ambicioso, como la edificación del canal seco Caribe-Pacífico, tal como ya lo plantearon dos compañías ante el Consejo Nacional de Concesiones (CNC), que presentaron sus ofertas para la construcción de este canal, y que pretenden desarrollar un sistema logístico para atender buques de hasta 18.000 contenedores y transferir su carga de una costa a la otra para competir con el canal de Panamá a través de un Tren Interoceánico Continental (TICO).
Además, Costa Rica debe seguir apostando por el campo de la tecnología y en el desarrollo de energías renovables, ya que estas dos pueden ser las claves para posicionar a nuestra economía en la lista de países desarrollados en el futuro.
La energía renovable en un futuro no muy lejano será algo así como el petróleo, y Costa Rica cuenta con todos los recursos naturales para crear una fuente de riqueza económica inimaginable a través de la comercialización y el aprovechamiento de toda ésta energía. La creación de Parques Energéticos como los que han planteado en Dinamarca son el modelo a seguir, ya que en ellos se puede generar una inmensa cantidad de energía eólica, solar, y olamotriz (del oleaje), en un mismo lugar.
La cantidad de energía renovable que pueden generar los Parque Energéticos es tan grande que le permitiría al país electrificar el transporte público, dar subsidio energético a la industria nacional, financiar empresas semilla, atraer una inimaginable cantidad de inversión extranjera, pero sobre todo generaríamos miles de empleos nuevos todos los años.
Quien imaginaría que la energía renovable en Costa Rica tiene el potencial para crear tantos empleos nuevos y fortalecer tanto a nuestra economía que podría eliminar la pobreza.
Hoy a mis 29 años entiendo el papel trascendental que juega nuestra juventud en la política, ya que es necesario cambiar las ideas muertas de la política tradicional y sustituirlas por ideas con visión y futuro, donde la juventud tiene el reto de enriquecer nuestra política, ya que estamos listos para hacer el cambio generacional.
