Cómo mejorar la recaudación tributaria sin nuevas leyes
Lic. Milton Arias Castrillo*
Mientras se invierte tanto tiempo en la discusión de los proyectos fiscales, y es posible que los diputados no aprueben nada nuevo, el gobierno tiene herramientas de fácil aplicación para inducir a un mejor pago de los tributos. En concreto y sin tanto detalle propongo las siguientes.
Aprovechar la política bancaria de Conozca a su cliente
Recientemente la Sugef estableció como una medida adicional en esa práctica, que se pida la declaración de renta a los clientes, lo cual es una excelente herramienta de control tributario, ya que se le puede exigir a todo aquel cliente que declare sus ingresos provenientes de actividades rentables o lucrativas, que no esté inscrito en el Registro Único de Contribuyentes, que se inscriba de previo, con lo cual la Dirección General de Tributación tendrá a su disposición a miles de personas que hoy no están inscritas debidamente, por ejemplo los prestamistas del mercado informal, quienes reciben alquileres de viviendas y hasta los banqueros de los tiempos clandestinos.
Por supuesto que se dejan de lado los casos de asalariados, pensionados y pequeños ahorrantes, que así lo manifiesten. Casi todos los demás clientes tienen que declarar que el dinero proviene de actividades rentables lícitas, puesto que nadie llegaría a un banco a decir otra cosa, y tampoco tendría que objetar que por ser rentables debe estar inscrito en el régimen tributario respectivo.
Política de las cinco D
Constantemente vemos a grupos de presión en Casa Presidencial: porcicultores, arroceros, autobuseros, etc., y todos llegan a llorar. De ahora en adelante que el Ejecutivo les pida como requisito primordial que presenten las últimas cinco declaraciones de renta, y en función de la ganancia neta declarada se le ayude a cada sector. Así al menos se libran de algunos molestos llorones profesionales.
La declaración de renta como única prueba en asuntos económicos
Es común que cuando se va a expropiar un negocio para una nueva carretera, su dueño exija una indemnización alta, casi nunca acorde con la rentabilidad demostrada en sus declaraciones de renta. Si se establece que la declaración de renta es la única prueba admitida en estos y otros muchos casos, se induce a la correcta declaración de ganancias o al menos se reduce la exigencia de onerosas indemnizaciones.
Exigirle a todo contratante con el Estado y sus instituciones que demuestren ser rentables oficialmente, conforme a sus declaraciones de renta.
Le debemos exigir a todo contratante que antes de aprobarle un contrato presente su D.101 para ver si es una empresa solvente o no, porque no conviene contratar con alguien que pierde y pierde todo el tiempo, o tiene ganancias pírricas en su negocio.
