El ministro de Salud, Dr. Fernando Llorca, ofreció la experiencia de 40 años del país sobre el suero antiofídico, como una contribución para reducir las muertes por mordeduras de serpientes.
El ofrecimiento lo hizo Llorca en el marco de la 69° Asamblea Mundial de la Salud que se realiza en Ginebra, Suiza.
Las mordeduras de serpientes se han convertido en una enfermedad tropical desatendida, por lo que se buscaba el reconocimiento como un problema de salud pública, por parte tanto de los Estados miembros, como de la Organización Mundial de la Salud y otros importantes actores presentes en la actividad.
“La investigación científica de alto nivel sobre temas de serpientes venenosas, venenos, antivenenos, epidemiología de los envenenamientos permitió posesionar a Costa Rica en un lugar de liderazgo a nivel internacional en el tema. Este será nuestro aporte en foro mundial”, afirmó Llorca en su participación.
Los envenenamientos por mordeduras de serpiente causan gran impacto en la salud pública mundial, afectando principalmente a personas en que viven en condiciones de pobreza en África, Asia y América Latina.
El problema de mordeduras genera anualmente alrededor de 5 millones de casos, con 2,5 millones de envenenamientos importantes y cerca de 125.000 muertes, a las cuales se suman 400.000 personas que quedan con secuelas física o psicológicas permanentes.
En el caso de Costa Rica, desde inicios del siglo XX el trabajo del Dr. Clodomiro Picado sirvió para generar conocimiento científico sobre serpientes, venenos y envenenamientos.
El investigador impulsó la traída a Costa Rica de sueros antiofídicos de Brasil. Para hacer frente a la situación, el país adoptó medidas políticas para lidiar con el problema, esto mediante la promulgación de la Ley de Defensa contra el Ofidismo de 1926.
En la década de 1960, el Ministerio de Salud impulsó un proyecto interinstitucional para producir antivenenos en Costa Rica, desarrollado conjuntamente con la Universidad de Costa Rica y con la embajada de Estados Unidos. Este proyecto culminó con la producción de los primeros lotes de suero costarricense en 1967.
Gracias al éxito del programa se fundó el Instituto Clodomorio Picado, el cual produce suero para las necesidades del país y en los últimos años ha abastecido para otras regiones como África Sub-Sahariana y Papúa Nueva Guinea.
