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Opinión

El internet y los límites del desarrollo

La columna de Jaime Ordóñez

• Sólo 1 de 20 centroamericanos tiene acceso a la banda ancha.

 

“La penetración de la banda ancha en los países de la OCDE (Europa, EE.UU. y el Asia desarrollado) puede estar en el 40%. En Centroamérica, sin embargo, la suma de banda ancha fija y móvil no llega al 5%”, develó hace pocas semanas el especialista del BID Antonio García Zaballos. 

Este simple hecho crea una brecha casi insalvable en el corto plazo entre el mundo industrializado y una región como Centroamérica. La razón es simple: la competitividad y el acceso al conocimiento hoy día no sólo tiene que ver con escuelas y bibliotecas, sino -y cada día más- con "escuelas y bibliotecas virtuales". Buena parte del conocimiento y los debates no se dan en la escuelas físicas y las bibliotecas de libros en edificios con anaqueles. 

Hoy el gran campo de batalla es la red. Hasta hace algunas décadas, bastaba con tener buenas bibliotecas y meter allí a Platón y Locke, a Royce o a Newton, hasta la II Ley de la Termodinámica. Y tener aceptables maestros en las escuelas. Hoy eso no basta. No sólo la mayoría de los libros se encuentran en el mundo digital, sino la mayoría de los debates, los "papers" y análisis más actualizados, y las tendencias del conocimiento (el cual cambia, literalmente, hora a hora, minuto a minuto) son parte de esa "arca de la información", siempre dinámica, cambiante, que vive un ritmo trepidante. Ese conocimiento esencial no llega a los libros, o llega muchos meses o años después. Y la velocidad define hoy los términos del desarrollo.

Las estadísticas son engañosas. Por ejemplo, alguna información de "penetración de internet" en la región nos habla de números muy alegres: mientras la OCDE tiene un acceso de casi el 85% de internet, Costa Rica tiene un 51% de sus ciudadanos con acceso a Internet, seguido de Panamá con un 48%, al mismo nivel que Venezuela y República Dominicana. A la zaga están Nicaragua con apenas un 14% de penetración de Internet, y Honduras con 19%, lo que habla de la necesidad de inversión en infraestructura y alfabetización tecnológica. Caso aparte lo representa Guatemala, que a pesar de ser una de las economías más prósperas de la región presenta apenas un 23% de penetración, que se explica en la gran proporción indígena de su población, que no ha adoptado estilos de vida modernos. El Salvador con 27% y Honduras la secunda con 19%.

La trampa está en los "planes prepagos". Una gran mayoría de la población centroamericana tiene un acceso al internet muy parcial y limitado, el llamado plan prepago, que les genera millones de dólares a los operadores de la región. Sin embargo, en un sistema muy caro, que le permite tener acceso únicamente a aplicaciones como el WhatsApp o el Facebook, pero nada más. Los 2 o 4 dólares que cuesta una tarjeta prepago se esfuman rápidamente en llamadas telefónicas, en ojear el Facebook y en mensajear a la gente cercana. El acceso real al conocimiento por buscadores es impagable para los prepagos, que usa más del 70% de la población de la región. 

Eso marca la diferencia: el precio. Eso define el acceso al conocimiento de la red. En Corea del Sur un ciudadano debe invertir un 1 día de trabajo para pagar el acceso a internet de todo un año. En Centroamérica deberá trabajar 31 días para pagar un plan similar. Eso es lo que se llama "brechas del desarrollo".

 

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PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Lunes 23 Mayo, 2016

HORA: 12:00 AM

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