A cuarenta y seis años de la gesta patriótica en contra de ALCOA
Opinión
El pasado 24 de abril se cumplió un año más de un acontecimiento que marcó para siempre la vida sociopolítica de este país: el viernes 24 de abril de 1970, 41 diputados del Congreso de ese entonces aprueban en tercer debate el proyecto de ley 4562 para otorgar a la Aluminiun Company of America (Alcoa) grandes extensiones de terrenos en San Isidro de El General para la extracción de aluminio, con sus cláusulas leoninas y la consecuente devastación de la naturaleza, al estilo del contrato de Minor Keith y el ferrocarril al Atlántico, sobre el cadáver de una gran cantidad de hectáreas a lo largo de la línea férrea, solo 11 diputados tuvieron la hidalguía, vergüenza y amor por la patria para votar en contra.
La aprobación de la explotación del aluminio generó una protesta a nivel nacional, donde los diferentes grupos sociales y con un papel preponderante de los estudiantes de la Universidad de Costa Rica, lograron terminar con los llamados contratos ley y se conformaron las primeras organizaciones ecologistas del país.
Hoy en día, donde más que nunca notamos el irracional uso de los recursos naturales, el agotamiento de la materia prima, la desaparición de bosques, la contaminación ambiental, los fenómenos como El Niño y La Niña, el aumento en la temperatura, el derretimiento de los casquetes polares, y donde pareciera ser que el daño es irreversible, las protestas contra el contrato ley de Alcoa sirve de ejemplo en este país.
Aun hoy en día debe haber conciencia de la alianza que se debe tener con la naturaleza. No es una frase cliché, es una realidad, es parte de la responsabilidad social no solo de un cuerpo legislativo que defienda la soberanía e intereses de Costa Rica contra la voracidad de empresas que bajo la bandera del progreso otrora y aún hoy pretendieron y pretenden enriquecerse con el contubernio de políticos de turno, sino de todos en beneficio no solo de este país sino de la humanidad.
