Tarjeta roja para Unafut
Editorial
Sanciones que no se cumplen, apelaciones y polémica son parte del escenario que se repite torneo a torneo en nuestro fútbol nacional y en este Verano 2016 no fue la excepción.
La fase final del campeonato se vio manchada por los dirigentes de los clubes la máxima categoría que, aprovechando portillos legales en los reglamentos disciplinarios de la Unafut, han acabado con el “fair play” para beneficiarse y lograr sus objetivos a toda costa.
Costa Rica ha logrado un gran avance a nivel balompédico, con futbolistas que han logrado ubicarse en las mejores ligas del mundo y puesto a soñar a todo un país en las distintas competiciones, pero todos esos logros son opacados por los dirigentes del fútbol nacional.
No se puede pedir un torneo local de primer nivel si los propios dirigentes de los equipos no tienen la altura para respetar las decisiones arbitrales y dejar de lado los temas legales para evadir sanciones o sacar provecho en la mesa de lo que no se ha logrado en el campo.
Como verdaderos fanáticos del deporte se han visto los dirigentes discutiendo por nombramientos arbitrales, cayendo en juegos de palabras con colegas, dejando de lado la deportividad y dando un mal ejemplo a los seguidores de sus clubes.
Unafut, que es dirigida por los propios equipos, se ha dado a la tarea de no cerrar esos portillos legales y permitir que cada torneo se hable de situaciones reglamentarias y de habilitación de jugadores expulsados o disminuir sanciones por acciones antideportivas.
La Comisión de Arbitraje debe hacerse sentir ante la Unafut para que se corrijan los errores de reglamento y devolverle la autoridad al réferi, ya que en este momento un jugador expulsado puede ser habilitado por acciones legales de los clubes.
Si algo es legal no quiere decir que sea moral, por eso los equipos y en especial la Unafut deben trabajar en corregir todos esos fallos cometidos no solo en este torneo sino en los anteriores, donde los clubes se han aprovechado de acciones fuera de la cancha para tratar de beneficiarse.
La destitución del Tribunal Disciplinario tras la habilitación de Marvin Angulo para las semifinales del Verano 2016 no puede quedar como la única acción del Consejo Director de la Unafut para revertir la mancha del certamen.
Los dirigentes del fútbol deben trabajar en normas rígidas, que no permitan que los amantes del fútbol nacional vean como un campeonato de barrio los torneos nacionales de fútbol.
Pero también los equipos deben aplicar el “fair play”, respetar las decisiones y dejar de legislar en la asamblea de la Unafut a favor de ellos mismos, ya que lejos de beneficiarse más bien se perjudican por la pobre imagen que dejan frente a los aficionados, que cada fin de semana son los que pagan su entrada.
Urge levantar el nivel de la dirigencia del fútbol costarricense y que se ponga a la altura del prestigio que ha logrado gracias a la Selección Nacional tras su hazaña en el Mundial de Brasil 2014.
