Karen Padilla Quesada, de 24 años, recibió al menos cinco disparos que de milagro no acabaron con su vida, luego de que su abuelo le disparó dentro de la vivienda en San Carlos de Tarrazú en la zona de los Santos.
Los hechos ocurridos durante el fin de semana en la casa de don Álvaro Ortega Arias, de 69 años, terminaron con este último muerto de un disparo que se propinó en el cielo de la boca y que le quitó la vida instantáneamente.
Según la versión del subjefe de la policía de Cartago, Erick Calderón, efectivamente todo ocurrió en la vivienda del presunto agresor, cuando parece discutieron porque la joven ya no quería vivir con sus abuelos.
“Ellos discuten porque la muchacha en apariencia le confiesa a su abuelastro que no desea convivir más con este y su abuela y quiere irse a vivir con el novio”, es ahí donde viene el enojo del adulto mayor, quien tenía en su poder una carabina calibre 22 y una pistola .22 y le dispara en repetidas ocasiones impactándola en el abdomen.
De acuerdo con el informe preliminar de las autoridades judiciales, la muchacha salió corriendo de la casa pidiendo auxilio a una vecina, pero su abuelo aún dentro optó por autoeliminarse, quedando al lado la carabina y debajo de este el arma calibre 22, con la cual se piensa pudo haberse quitado la vida, pues hubiese sido más incómodo utilizar la carabina.
TRASLADO HOSPITAL
Cuando la vecina vio a la joven ensangrentada, otro disparo sonó, era el fin del agresor, de inmediato unidades de la Cruz Roja local llegaron para atender a los heridos.
Ricardo Céspedes fue uno de los paramédicos que estabilizó a la herida, de inmediato la llevó a la Clínica de San Marcos para su valoración, sin embargo al abuelo de Padilla simplemente se le declaró fallecido en el lugar.
A Padilla después de la clínica la remitieron de emergencia al Hospital Max Peralta de Cartago, donde aún está bajo recuperación, sus familiares que no desean hablar de lo ocurrido explican que la joven fue intervenida quirúrgicamente y se recupera.
Para las autoridades el asunto pudo ser peor, la abuela de Padilla no estaba en casa, posiblemente visitaba a una hija en San Carlos de Tarrazú, sin embargo esa mañana de sábado no amaneció en el hogar donde hoy lloran al anciano, pero -como se dijo- un milagro permitió que no fuera Padilla la segunda víctima.
El caso quedó bajo investigación de las autoridades del OIJ.
PERIODISTA: Alexander Méndez
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Lunes 29 Febrero, 2016
HORA: 12:00 AM
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