Los directores regionales del Ministerio de Educación Pública (MEP), así como los de los centros educativos, serán los responsables de velar por que en las 5 mil escuelas y colegios no haya criaderos del mosquito Aedes aegypti. Así lo confirmó Orlando de la O, director de Coordinación Regional del MEP.
Además se informó que funcionarios de Salud realizarán visitas periódicas a los centros educativos y entregarán un certificado a los que cumplan con los protocolos y se acrediten como espacios libres de focos de contaminación y de posible contagio de cada uno de los virus.
De la O detalló que desde el 29 de enero se emitió una circular a las 27 direcciones regionales de Educación en todo el país, instruyéndolas para coordinar de forma directa con los responsables de cada centro educativo el plan de trabajo.
Las instituciones deben reforzar las acciones preventivas emitidas por el Ministerio de Salud y la Caja Costarricense de Seguro Social en todos los niveles.
La Dirección Nacional de Vectores del Ministerio de Salud ofreció una charla a los directores regionales, quienes deben remitir un informe de trabajo sobre las acciones implementadas en cada territorio antes del inicio del curso lectivo, el 9 de febrero.
“Siendo el sistema educativo el espacio que reúne y concentra alrededor de 1 millón de personas entre niños, jóvenes y adultos, asumimos el compromiso de reforzar las acciones preventivas y contar con centros educativos libres de focos propagadores de los virus”, resaltó el director de Coordinación Regional del MEP.
Los directores de los centros educativos son responsables de coordinar las acciones de limpieza dentro de las instalaciones y la implementación de medidas sanitarias mínimas para el arranque del curso lectivo.
Las acciones preventivas incluyen el trabajo con estudiantes, no solo dentro de las instalaciones y predios educativos sino también en un radio de al menos 100 metros a la redonda de las instalaciones.
Cada estudiante recibirá una guía personal elaborada por Salud para la identificación de depósitos de agua.
En cada centro educativo se conformarán equipos de vigilancia integrados por estudiantes, personal docente y administrativo, quienes inspeccionarán las instalaciones cada semana para verificar que no aparezcan focos de posible contagio.
