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Opinión

De marchas ciudadanas y acuerdos de Estado

Fernando Ferraro Castro

Mal hicieron los partidos en menospreciar el espíritu de la manifestación espontánea que el 26 de septiembre de 2015 marchó por el Paseo Colón y la Avenida Segunda, expresando el rechazo de situaciones y malas prácticas que conviene erradicar de la administración pública. Una aspiración que trascendió el lema de “Ya no más Recope”, y que se relaciona estrechamente con el tema fiscal.

Motivados por el éxito del 26 de septiembre, una serie de personas convocaron a una segunda concentración en la Plaza de la Democracia el 8 de noviembre. Esta vez hubo una evidente organización, una menor asistencia y una pretensión, a mi juicio equivocada, que la diferenció claramente de la anterior. Mientras la primera pretendía enviar un mensaje a los centros de decisión política, en los numerosos discursos de la segunda se repitió con insistencia que el ciudadano debe sustituir dichas instancias, aprovechando la iniciativa popular y el referéndum. Algo que ni es posible, ni es conveniente. Para empezar ambos instrumentos requieren de unas 150 mil firmas certificadas para activar un proceso que en muchos casos no evita el paso por la Asamblea Legislativa; y al mismo tiempo, la posibilidad de mejorar integralmente la gestión de los recursos públicos depende de un trabajo de cirujano y bisturí y no de talador y hacha.

Después de cinco meses y dos convocatorias, el saldo de estas concentraciones ciudadanas no es mejor que el de las instancias políticas formales, objeto de sus críticas. Unas instancias en las que también hay voluntad, pero donde se trabaja de espaldas a las limitaciones que impone la realidad, las cuales solo podrán superarse cuando los sectores políticos, laborales y empresariales construyan juntos una serie de acuerdos de Estado en varios campos estratégicos, entre los que destaca la cuestión fiscal. El objetivo es facilitar la formación de mayorías consensuales, indispensables para aprobar reformas e implementar medidas administrativas, que de otra forma enfrentarían una fuerte oposición.

El pasado 12 de septiembre de 2015, DIARIO EXTRA publicó una nota titulada “Sectores proponen unidad para dar soluciones al país”, que daba cuenta de una iniciativa que comparte el mismo espíritu que impulsó al expresidente Óscar Arias a plantear en septiembre de 2014, la necesidad de que Costa Rica se vea en la experiencia española de los “Pactos de la Moncloa”, con el fin de alcanzar esa misma aspiración que relata la nota citada, y que de nuevo impulsó a Arias a sugerirle a la fracción parlamentaria del PLN el estudio del proyecto de ley que el diputado Ottón Solís presentó con el fin de reorganizar la administración pública.

No es una cuestión de política electoral sino de realidades. Si llegamos a mayo y el periodo de sesiones extraordinarias termina sin una solución integral al tema fiscal, será imposible seguir negando la necesidad de un acuerdo de Estado; y este debería ser el mensaje optimista y el aporte constructivo de quienes participamos el 26 de septiembre en aquella demostración de civismo.

 

*Analista de políticas públicas

 

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Sábado 30 Enero, 2016

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