25 años del bono gratuito de vivienda
Gloria Bejarano Almada
No sé quién estaba más emocionado, el Presidente o el primer beneficiario del Bono Gratuito de Vivienda, una promesa de campaña que se hacía realidad a pocos meses de haberse iniciado la Administración Calderón Fournier.
Para el beneficiario significaba la única posibilidad de ver realizado su sueño de contar con un techo propio, para Rafael Ángel Calderón el cumplimiento de una promesa que iba más allá de una campaña electoral, para remontarse a un compromiso con la obra de su padre el Dr. Calderón.
Rafael Ángel, desde siempre, comprendió la importancia que se le dio al tema de la vivienda en los años 40, cuando se creó el Programa de Casas Baratas, bajo la “sombrilla” de la Seguridad Social. El Doctor Calderón Guardia crea el Departamento de Casa Baratas dentro del Sistema de Seguridad Social, convencido que tener casa propia es una de las necesidades básicas de un ser humano, y que es deber del Estado contribuir a esta satisfacción. Contar con un techo digno brinda seguridad a las familias y contribuye a la paz social de un pueblo.
Cuando un pueblo no tiene nada que perder es presa fácil de aquellos que propician el caos y la sublevación, por eso es tan importante garantizar a las familias el acceso a la propiedad, a la salud, al trabajo digno y a la educación, todo lo cual contribuye la superación y el progreso de las personas.
Rafael Ángel Calderón, como líder de la oposición al final de los 80, no dudó en la importancia que tenía llegar a los acuerdos necesarios dentro de la Comisión Bipartita que estudiaba la creación del Sistema Financiero de la Vivienda, para concretar los mecanismos que permitirían agilizar la obtención de vivienda.
Sin embargo, conocedor de la realidad nacional y de las necesidades de los más humildes, Rafael Ángel insistió en que si realmente se quería atender a los más pobres de los pobres, se tenía que recurrir a un subsidio, pues de otra manera el tener casa propia no dejaría de ser una alegría pasajera. Era común ver cómo al poco tiempo de haber adquirido el préstamo para su vivienda, eran desahuciados ante la imposibilidad de las familias de cubrir el pago mensual que se le exigía.
Esta solicitud no fue atendida en aquel momento por lo que Rafael Ángel, solicitó al Núcleo de Acción Programática encargado de formular Programa de Gobierno para 1990-1994, que realizarán de nuevo una evaluación de los programas de vivienda y que se estudiara la viabilidad de ofrecer en campaña, la creación del Bono Gratuito de Vivienda. Los expertos concluyeron que era factible y que el Estado estaba en capacidad de otorgar este beneficio y con ello garantizar el acceso real a una vivienda digna por parte de los menos favorecidos.
Una vez en el Gobierno, se tomaron las disposiciones administrativas oportunas, se aprobó en el Congreso la ley y tan solo seis meses después de haber asumido el gobierno se entregó, el 21 de noviembre de 1990, el primer Bono Gratuito de Vivienda.
Además de las 60 mil viviendas que se construyeron gracias a este programa, durante la Administración Calderón Fournier se edificaron 36 mil viviendas más, lo que permitió que se reactivara la economía y se crearán miles de empleos en todo el país.
Hoy, veinticinco años después, el récord de 96 mil viviendas construidas en solo cuatro años no ha sido superado y con orgullo puedo decir que gracias a la sensibilidad, compromiso y visión de Rafael Ángel, más de 350 familias han recibido el Bono Gratuito de vivienda lo que representa que, aproximadamente, un millón y medio de personas han sido beneficiadas.
Felicidades a todos los que han contribuido a que este programa cumpla con su objetivo, pero sobre todo aquellos propietarios que han hecho realidad su sueño de tener un techo propio.
