En medio del dolor, la incertidumbre y la desesperanza de haberlo sacrificado todo e incluso poner en riesgo hasta la vida, el consuelo llega para los cubanos que se encuentran en la frontera norte, gracias a la solidaridad de propios y extraños, quienes reconocen que “manos que dan nunca están vacías”.
Los creyentes llegan con bolsas de arroz, frijoles, azúcar, leche, toallas y papel higiénico hasta templos católicos y evangélicos para dejar “parte de lo que tienen y no lo que les sobra”, como lo hizo Hilda Marín, vecina de Desamparados, quien ante el llamado de ayuda y hermandad de monseñor José Rafael Quirós, arzobispo de San José, dejó una bolsa con granos en la emisora de las Arquidiócesis, Radio Fides.
Pero la crisis de los inmigrantes cubanos varados en el país, debido a que el Gobierno de Nicaragua no quiere abrir sus fronteras y dejarlos continuar su recorrido en busca del sueño americano, también tocó el corazón de cientos de familias en el país, quienes ante el llamado de los obispos de las diferentes diócesis continúan dejando donaciones en la casa cural, iglesia, centros educativos, templos católicos y evangélicos.
“Respetuosamente solicitamos que en las misas se coloquen servidores en las puertas de los templos para que motiven a los files a donar voluntariamente para este fin y así poder hacer llegar las donaciones”, dijo el obispo Ángel Sancasimiro, de la Diócesis de Alajuela.
Además monseñor Sancasimiro afirma que la población que atiende Cáritas Nacional presenta circunstancias especiales, debido a que la necesidad no surge por terremotos e inundaciones, más bien por una crisis migratoria de quienes salieron de Cuba y están desesperados debido a que su paso fue vetado, por eso el país debe albergarlos y atender sus necesidades de alimento, seguridad, salud, aseo y orientación.
A pesar que son muchas las manos que ayudan en los albergues, estas ya no alcanzan, por eso la Diócesis de Tilarán-Liberia, en la cual está al frente monseñor Vittorino Girardi, trabaja en la habilitación de albergues y en algunos casos varias familias solidarias acogieron a quienes tienen niños pequeños y adultos mayores.
DESDE MIAMI
“Estamos pidiendo unirnos en oración en solidaridad con los cubanos que están en esa difícil situación migratoria, pidiéndole a Dios que los proteja y a la vez pidiendo una solución justa a esta crisis humanitaria”, dijo el sacerdote Juan Rumín Domínguez desde el púlpito en la ermita de la Caridad en Miami, durante una misa que celebró este fin de semana para pedir por una solución humana en esta difícil situación humana y migratoria.
Mientras apelaba a los mejores sentimientos de quienes dirigen los destinos de las naciones para que encuentren una solución a la crisis migratoria, Rumín reconoció el esfuerzo que hace Costa Rica para atender a los cubanos, quienes tampoco dejan de rezar para que hoy los cancilleres de los países por donde deben transitar logren un acuerdo, que al gobierno nicaragüense se le “ablande el corazón” y abra sus fronteras para poder pasar.
“Más allá que cualquier otra consideración, se trata de un tema humanitario en que la Iglesia opta por las personas que están sufriendo. Queremos unirnos a ellos. Sus familiares en Cuba nos están llamando pidiéndonos que recemos por ellos”, enfatizó el sacerdote.
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CRÉDITOS: Fotos: David Barrantes/Issac Villalta
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Martes 24 Noviembre, 2015
HORA: 12:00 AM
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