Cada uno de los integrantes de la selección de fútbol para amputados guarda una historia propia del momento que lo llevó a perder una de sus extremidades, algunas más trágicas que las otras.
Una de esas historias escalofriantes la cuenta Cristian Agüero, quien hoy a sus 35 años recuerda todos los días cómo perdió la pierna izquierda.
“A los 21 años uno cree que el mundo gira alrededor de uno y no piensa en que la vida se acaba muy rápido. Conducía mi moto bastante rápido sobre la ruta 32, por San Miguel de Santo Domingo de Heredia, en un adelantamiento a un tráiler choqué contra una vagoneta. Fue un accidente muy violento, estuve muy cerca de perder la vida”.
Este jefe de una planta de producción para una empresa de publicidad cuenta que “uno se cuestiona y se pregunta qué será ahora de la vida, pero siempre lo he visto como una nueva oportunidad de vida, un milagro, porque era más fácil haber muerto que sobrevivir a un accidente tan fuerte. A partir de ese momento valoro la vida mucho más y aprovecho estas oportunidades como nos la da la selección de fútbol de amputados”.
Agüero está ansioso por que arranque la Copa América para demostrarse que sí puede hacer muchas cosas. Es una amante de los deportes, pasión que le despertó después del accidente, por lo que se involucró en el programa paralímpico con voleibol sentado, luego baloncesto en silla de ruedas y atletismo, pero siempre había tenido la espinita con el fútbol.
