Las vías férreas sufren por la falta de un plan de mantenimiento del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer), que las atiende prácticamente solo cuando hay una emergencia.
Guillermo Santana, presidente del Incofer, explicó que la institución no posee un presupuesto para dar mantenimiento a las vías y ante este panorama solo les queda actuar rápido cuando hay una eventualidad y priorizar los sectores conforme se requiera.
“Tenemos 540 kilómetros de línea férrea que deben y merecen ser atendidos, pero con muchas no podemos cumplir más allá del 15% de la totalidad que tenemos”, expresó.
El jerarca detalló que dentro del plan de trabajo se incluyen sectores importantes de atender como el segmento de Siquirres y Moín, así como Moín hacia Valle La Estrella.
Mientras que en el área metropolitana las tres rutas prioritarias son San José-Heredia, San José-Cartago y San José-Belén.
Santana agregó que pese a la carencia o la limitante del presupuesto, trabaja por mejorar el servicio que dan a miles de usuarios.
DESPRECIO PRESIDENCIAL
A pesar de que alrededor de 1 millón de costarricenses con paciencia de santo hacen largas filas en la madrugada y la noche para abordar el tren que los llevará a su centro de trabajo, estudio y luego a su casa, el presidente Luis Guillermo Solís subestima su uso y más bien lo califica como un “placebo” (que no sirve, que carece de acción por sí mismo, pero es lo que hay). Pero el desprecio del mandatario para los viejos vagones, locomotoras y hasta la línea férrea solo tiene un sentido: “Nos sirven para mover a una cantidad importante de pasajeros”.
Solís también tiene grandes esperanzas en una nueva y moderna la línea férrea: “El tren de Alajuela va a ser una extensión de una línea de San Ramón hasta Turrialba”. La promesa de la administración Solís incluye el proyecto de ley para fortalecer el Incofer, ya que es necesario contar con locomotoras de calidad.
Mientras la promesa se cumple, los viajeros deben resignarse y seguir rezando por un servicio cinco estrellas.
