Nicaragua perdió a un maestro del periodismo y artista a la hora de titular, el “ Doctor” Danilo Aguirre Solís, quien también fue diputado y abogado. Su corazón se detuvo la noche del martes. Su compatriota Gustavo German Escoto Mayorga, uno de los que denunciara ante los Tribunales de Justicia al expresidente Arnoldo Alemán visitó DIARIO EXTRA para hablarnos de quien calificó como su hermano.
QUERIDO POR LOS POBRES
“Danilo Aguirre fue un ejemplo para el pueblo. Hoy toda Nicaragua lo llora pero sobre todo la clase trabajadora y el periodismo. Su vida fue el periodismo.
Lo importante de Danilo fue que se educó en una pobreza grande, su madre era una costurera a tiempo completo y él vendía periódicos. Nunca negó su pobreza y su humildad. Siempre fue muy elegante y con mucha personalidad. Vendiendo periódicos bajo los grandes aguaceros estudió primaria en escuelas públicas e hizo el colegio en el Instituto (Miguel) Ramírez Goyena, el más grande de Managua, como decir aquí el Liceo de Costa Rica”.
Cuenta que al sobresalir en la secundaria se gana una beca y se gradúa de abogado. Fue Pedro Joaquín Chamorro que vio sus cualidades y lo apadrinó, hasta llevarlo al Diario La Prensa. Ahí se posesiona como uno de los más sobresalientes y llega a ser subdirector. Cuando asesinan a Pedro él asume la dirección del periódico. Luego con Javier Chamorro fundó el Nuevo Diario donde fue director”.
Su amor por la clase trabajadora saltaba a la vista, al igual que por la profesión. Recuerda Escoto que fundó el primer sindicato de periodistas en Managua, la Casa del Periodista y pasó a ser parte de la Asamblea Nacional.
Siempre dijo que le gustaba estar en defensa del pueblo. Era un hombre que nunca perdió “su personalidad de demócrata, no fue comunista ni izquierdista”.
“LOS POBRES HACÍAN
FILA EN SU CASA”
De lado humano recuerda como los más necesitados llegaban hasta él a buscar unos granos de arroz o frijoles. “Los pobres hacían fila en su casa porque de la mayor parte de su sueldo lo dedicaba a comprar sacos de arroz. de frijoles, de azúcar, ropa y era como una peregrinación en su casa, ubicada en la colonia Centroamérica en Managua, Nicaragua. Un infarto se lo llevó”. Decía que la revolución era para el pueblo y no para enriquecerse.
“Hace unos 6 meses almorcé con él en su casa y lo vi delicado, decía que yo era el único hermano que le quedaba, siempre nos vimos así y siempre lo admiré. Esa vez me dijo compadre quien iba a creer que nosotros luchamos contra Somoza, mejor lo hubiéramos dejado en paz”, recordó con la cara en medio del dolor de perder un amigo pero como si lo tuviera en frente.
PERIODISTA: Alejandro Fonseca
EMAIL: [email protected]
Viernes 13 Noviembre, 2015
HORA: 12:00 AM
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