A Jonathan Martínez le tocó dejar su familia y su amada provincia de Limón para triunfar con la Selección Nacional Sub17, que el 19 de octubre se estrenará en el mundial de la categoría en Chile.
Alejarse de sus seres queridos ha sido uno de los mayores sacrificios que ha hecho este limonense con tal de vestir la chema tricolor. También le tocó dejar atrás las mejengas con sus amigos en Puerto Viejo. De hecho ahí, en las calles y playa de Puerto Viejo, comenzó a forjar el sueño de convertirse en futbolista profesional.
El jovencito sabe que le queda mucho camino por recorrer, pero entiende que estar a las puertas de jugar un mundial es un paso hacia ese objetivo.
“Soy una persona disciplinada, humilde, trabajadora y que se esfuerza siempre al máximo para destacar. También me considero gracioso, me gusta mucho vacilar”, se describe el limonense, quien se mudó a Alajuela para estar cerca de la Sele.
Por nada del mundo olvida sus raíces. “Estuve en una regional en Limón cuando tenía 11 años, mis papás me llevaron a hacer pruebas y me llamaron a la Selección, desde entonces estoy aquí. Después de un tiempo viviendo en Alajuela por la Sele empecé a jugar con Carmelita”, narró.
Su platillo favorito es el rice and beans, al igual que el arroz con pollo. Es un fiebre para jugar PlayStation, sobretodo FIFA, y se declara seguidor del Barcelona y Liga Deportiva Alajuelense. “También me gusta escuchar música”, afirmó.
MOTOR DE LA SELE
Martínez tiene la responsabilidad de portar el número 10, que generalmente distingue a los jugadores más talentosos de un equipo. Jonathan es el creativo del combinado patrio y por sus características se convirtió en el motor de la Tricolor que dirige Marcelo Herrera.
“Por la posición en la que juego, que es volante creativo, mi mejor característica es la técnica. Además soy un jugador al que le gusta dar el máximo en la cancha”, comentó.
Cuando dejó su natal Limón para aventurarse en el Valle Central, con la idea de aportar su granito de arena para clasificar al mundial, muchas veces no tenía ni para desayunar, pero nunca bajó los brazos y su premio es integrar la Sub17 y mostrarse en la copa del mundo.
“La eliminatoria fue muy intensa, la vivimos con mucha ansiedad y nerviosismo porque queríamos este boleto. Fue supercomplicada y eso hace que la clasificación la hayamos disfrutado más”, añadió.
A nivel grupal manifiesta que la motivación invade al equipo y todos están jalando para un mismo lado, impulsados por el objetivo de hacer un buen papel en territorio chileno.
“Podemos ganarle a cualquiera si nos lo proponemos, tenemos un equipo fuerte para este mundial. Somos una gran familia y llevamos mucho tiempo juntos. Es una gran felicidad estar acá y hacer las cosas bien”, afirmó.
*Declaraciones obtenidas de la página web de la Fedefútbol.
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CRÉDITOS: Foto: Herbert Arley
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Martes 13 Octubre, 2015
HORA: 12:00 AM
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