La familia afectada por el terraplén que tuvo lugar a un costado de terminal de Caribeños, en San José, planteará una demanda contra los dueños del terreno en espera de justicia sobre lo que pudo ser una tragedia, además dice estar en contacto con el dueño del taxi, quien al parecer también quiere abrir un proceso legal para recuperar su vehículo que fue pérdida total.
DIARIO EXTRA conversó con Lisbeth Mora Aguilar, quien llevó la peor parte durante el suceso.
"Dolores en la columna y tener mucho malestar cuando camino es lo que más me afecta después de lo que pasó. Tuve una cita el martes después del accidente en el Hospital del Trauma, ahí me inyectaron y me recetaron unas pastillas para la noche, para poder dormir seguido sin el susto de lo que pasó, que eso me ha tenido muy nerviosa".
Así explicó su estado la mujer, víctima del accidente ocurrido hace casi dos semanas.
Tras las recomendaciones médicas, tres días después del suceso, tuvo que ir al Hospital San Vicente de Paúl porque el dolor se mantenía con la misma intensidad, parecía que los medicamentos no le hubiesen hecho nigún efecto.
Mora Aguilar declaró a El Periódico de Más Venta en Costa Rica EXTRA: "En Heredia me dijeron que no me podían ayudar de ninguna forma porque eso le correspondía al Instituto Nacional de Seguros (INS), que no me podían hacer placas, que si acaso una inyección para aliviarme. Yo digo que entre la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el INS se tiran la bola porque en Heredia me dijeron que todo mi caso lo debe ver el INS, pero el Hospital del Trauma, a pesar de que el taxi tiene la póliza correspondiente, no me revisa detalladamente para identificar por qué me duelen tanto las piernas y la espalda".
Esta vecina de Sarapiquí manifestó que ha sido desgastante el proceso de tener que trasladarse desde su casa hasta la capital para sus valoraciones médicas, algo que según el cronograma de citas se repetirá de nuevo en ocho días. En esa última valoración se revisará el estado de sus males y de continuar los síntomas, según le comentó el doctor, se le realizarían exámenes detallados.
Lo ocurrido al caer el muro y sepultar a Lisbeth y su hija por algunos minutos hasta que milagrosamente salieran con vida no solo ha afectado la salud de la mujer sino su desarrollo familiar. Los Hernández Mora tienen un negocio en el que venden carne de conejo y ahora toda la responsabilidad del trabajo recae sobre su esposo.
También el cuido de la pequeña Arlin se ha complicado porque su madre ya no puede dedicarle el tiempo ni la misma energía de antes, ahora ese rol lo cumple la abuela de la niña. Agrega que la menor no quiere subirse a los taxis porque dice que le dan miedo.
Las pérdidas económicas que reporta la granja de conejos es del 50%, algo que ha impactado mucho en la situación familiar.
