El presidente de la República, Luis Guillermo Solís, pedirá menos plata para el presupuesto nacional ante la Asamblea Legislativa. Así lo informó ayer a través de cadena nacional de televisión, donde explicó que la administración debe reducir el gasto público.
El mandatario detalló que esta semana presentará el plan de gastos para el 2016, el cual solamente creció un 0,5% en comparación con el propuesto de hace un año, además es una de las propuesta de menor crecimiento en la última década.
Para alcanzar esa medida, el Gobierno redujo en un 36% los gastos en publicidad, 30% en viajes al exterior, 17% en transporte al extranjero, 19% en tiempos extraordinarios y 7,5% en consultorías.
En el presupuesto presentado, según Solís, disminuyeron el pago de las anualidades y alquileres. Asimismo, congelaron las partidas de alimentos y el reconocimiento de la restricción del ejercicio profesional.
“Diez ministerios verán decrecer la asignación de sus recursos, y nueve crecen por debajo de la inflación proyectada, que es de un 4%, lo que en términos reales significa una disminución de esos presupuestos”, dijo el presidente.
En su intento por reducir gastos, el mandatario comentó que el Gobierno tuvo que eliminar o posponer programas como el uso de la firma digital y los programas de incentivos científicos, entre otros.
Aunque busca recortar gastos para prevenir un mayor déficit fiscal, el Presidente no sacrificará el presupuesto destinado en la educación pública.
“El plan de gastos que presentaremos al Congreso ya incluye un recorte que yo ordené, por un monto de ¢384.650 millones. El 99,7% de ese recorte recae, exclusivamente, en el Poder Ejecutivo”, agregó.
El gobernante hizo un llamado a los diputados para que aprueben el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y también pidió apoyo para modernizar el impuesto de la renta, que pretende que los que tengan más ingresos, contribuyan más.