El fenómeno de las cuarterías es cada vez mayor en la ciudad capital, dada la necesidad de vivienda, y ojalá de alguna manera barata, para muchas personas y hasta familias. Pero estas estructuras no son todo lo seguras que desearan, realmente constituyen trampas para sus habitantes por las condiciones inseguras en que fueron construidas.
Más allá de lo anterior está el hecho de la regulación, la cual es inexistente porque la Municipalidad no puede actuar, ya que no necesitan patentes y el Ministerio de Salud indica que no hay normativa sobre el tema, por tanto no deberían existir, mas ahí está, existe y las cuarterías si bien tratan de cubrir una necesidad, son trampas en las cuales sus ocupantes tienen la vida pendiente de un corto circuito, un recalentamiento de la instalación eléctrica o hasta una chinga de cigarro mal apagada.
El Cuerpo de Bomberos, desde su departamento de Ingeniería, tampoco puede actuar ni en prevención, menos en denuncia, pues aunque encuentre abusos en las instalaciones eléctricas o en la ubicación de los cilindros de gas u otros aspectos, no tiene potestad para hacerlo.
Eso sí, recomienda una serie de acciones para minimizar probabilidades, visa planos e invita a invertir en seguridad y calidad en las construcciones porque a fin de cuentas esa inversión puede salvar vidas.
POR LA LIBRE
Las cuarterías en nuestro país están por la libre. No existe una regulación específica, ni normativa que las meta en cintura.
"Este tipo de vivienda no está regulada por la Municipalidad, en el sentido de otorgarles patentes, porque son actividades -alquiler- que están reguladas por la Ley de Inquilinato", explicó a DIARIO EXTRA, Julio Cascante, encargado de patentes de la Municipalidad de San José.
Además aunque la reforma de la edificación, la remodelación y la construcción debe tener permisos municipales para llevarse a cabo, el propio Cascante añade que los dueños de estos lugares han encontrado la forma de evadir el control de los inspectores municipales.
"Depende del tipo de construcción que usted vaya a hacer, si se construye de manera tal que no se visualice que están construyendo adentro o remodelando paredes, el inspector no se da cuenta, pues generalmente lo hacen en fines de semana, días feriados o por la noche.
La gente busca cómo, de manera que pueda burlar la inspección municipal. Ahora, si la institución se da cuenta que hay una construcción sin permiso, pues entonces aplica la ley, clausura y pone las multas que tenga que poner", agregó Cascante.
Entonces el caso pasa al Ministerio de Salud, específicamente la Dirección Regional de Salud Central Sur, donde tampoco han podido hacer mayor cosa, pues según explicó su jerarca, el Dr. Flores Galindo, "las cuarterías no deberían existir", pues no hay legislación para ellas.
Si bien es cierto por las condiciones insalubres en que pueden estar, el maltrato que puedan recibir niños que en ellas habiten y otras situaciones, se han clausurado algunas, los inspectores del Ministerio no pueden actuar de oficio.
En resumen, lo único que alguien debe hacer para tener una cuartería es construir a espaldas de la municipalidad, que Salud no va a intervenir.
SON TRAMPAS
Ingeniería de Bomberos, o más ampliamente el Benemérito Cuerpo de Bomberos, tampoco puede hacer nada contra este fenómeno, pues sus atribuciones no llegan hasta la sanción o la acción directa contra los infractores o no cumplidores de, por ejemplo, el Código Eléctrico de Costa Rica.
"En realidad la investigación de incendios se limita a dos cosas: origen y causa del incendio. No tenemos autoridad de demandar a nadie", explicó a El Periódico de más Venta en Costa Rica, Henry Morales, de Ingeniería de Bomberos.
Pero sí son conscientes de la serie de errores que se cometen en estas cuarterías en lo que a instalaciones eléctricas se refiere, lo que termina de convertir estos lugares en trampas para la vida humana.
"Son estructuras -casas grandes y viejas- transformadas en una serie de pequeños apartamentos por las necesidades que hay de vivienda. Estas personas -sus dueños- compartimentan de mala manera, con productos baratos, toda esa gran área y la alquilan", agregó Morales.
Simplemente se toman de la línea original de alimentación eléctrica y de esa se derivan una serie de instalaciones hacia los apartamentos, "entonces la carga original de todo el sistema eléctrico va a sufrir una sobrecarga porque en cada apartamento tienen horno de microondas, cocina eléctrica, lavadora, refrigeradora... entonces ya no es la instalación original que tenía determinada carga, e inclusive pudo haber sido diseñada por un profesional... y esto las convierte en verdaderas trampas", añadió.
Aunque algunos incendios son fortuitos, las condiciones de esas cuarterías y el hecho de que fundamentalmente son de madera convierten estas estructuras en esas trampas que preocupan a todos, pero que por ahora nadie -entiéndase el legislador- hace nada por regular, normar o acabar con este fenómeno, que puede costar muchas vidas humanas.
Está el tema de que muchas casas de madera en el país puedan cumplir con esas regulaciones, pero sus dueños deben cuidar y no darles mal uso a sus instalaciones eléctricas, pues esto las convertiría en fácil presa de las llamas en caso de un incendio, máxime que según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) de 2014 existen más de 163 mil casas cuyas paredes son de madera.
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CRÉDITOS: Fotos: David Barrantes. Gráfico Enaho 2014, INEC
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Viernes 31 Julio, 2015
HORA: 12:00 AM
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