Las mafias, los cárteles y el mundo en general lo conocen como “Chupeta”, pero su nombre es Juan Carlos Ramírez Abadía, su vida gira en torno al narcotráfico.
Este colombiano, a quien están vinculando con el polémico viaje de la presidenta Laura Chinchilla, es uno de los más reconocidos capos suramericanos pese a que está encarcelado.
Nació en Palmira, Valle del Cauca (Colombia), pero su vida de mafioso la inició en Cali, ciudad a donde viajó cuando apenas tenía 20 años. Fue allí donde decidió dejar sus estudios universitarios.
Aunque la maldad lo atrapó, logró culminar un bachillerato en economía en una reconocida universidad de Bogotá, gracias a la ayuda de su pudiente familia que esperaba verlo lograr un doctorado en la misma carrera.
Quizás su crianza, bajo la cobija de mafiosos de nacimiento, fue lo que lo empujó a convertirse en un capo, pues los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Ojeda (también narcos) fueron sus amigos de infancia y desde niños soñaban con ser millonarios sin importar cómo.
REY DE LA HEROÍNA
Su ambición lo impulsó a ser respetado en el peligroso gremio. El tráfico de cocaína era su especialidad, pero posteriormente la heroína se convirtió en su fuerte, pues fue uno de los primeros en buscar trazo de rutas para el transporte de esa droga.
Su bandera es la del Cartel del Norte del Valle, al cual perteneció junto a sus amigos de toda la vida, y pese a que está en la cárcel sigue girando órdenes para dirigiendo para sus objetivos.
PERIODISTA: Carlos Castro Gamboa
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Viernes 17 Mayo, 2013
HORA: 12:00 AM
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