La oscura mañana avanza y conforme bajan los caudales de ríos y quebradas, muchos vecinos de Matina decidieron tirarse al barro y combatir contra los escombros para limpiar sus casitas, y de ese modo rescatar lo que queda de sus pertenencias.
En tanto, más de 1.600 víctimas de las fuertes lluvias continúan recostadas en colchonetas, tomando agua de botella plástica y comiendo cuando la Cruz Roja llega a dejar insumos a los 14 albergues habilitados por la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
Así se tornó el panorama durante este miércoles en los sectores afectados por los torrenciales que cayeron sobre el Caribe del país, y que de nuevo dañaron de gran forma comunidades como Matina, Limón, Turrialba, Siquirres, Guácimo y Sarapiquí.
Pero esta vez hubo una novedad, pues una de las dos ondas tropicales pronosticadas por el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) comenzó a tocar algunas comunidades del Pacífico costarricense, especialmente Puntarenas.
José Obando, del comando ubicado en Batán durante todos estos días de emergencia, explicó a DIARIO EXTRA que la situación mejoró en cuanto a condiciones climáticas se refiere, sin embargo, quedan muchas acciones por hacer, humanamente hablando.
“Efectivamente hubo una disminución en las inundaciones, hay calles que ya permiten el paso de vehículos y eso refleja que tenemos mejoría en el clima, pero eso no significa que debemos confiarnos, todo lo contrario porque tal como lo dijo el IMN vienen otras dos ondas, no sabemos si ambas nos van a impactar directo, pero por ese motivo debemos estar atentos”, manifestó Obando.
RESCATES
Unidades de Cruz Roja, Bomberos y otras entidades públicas no aflojan en sus labores de rescate a personas que aún se mantienen en sus casas sin poder moverse ni un metro, pues el agua les llega a la cintura y sus habitaciones no les permiten escapar.
Durante este miércoles se realizaron múltiples operativos, uno de ellos y quizá el más impactante fue el registrado en la comunidad conocida como Mawuamba en Matina, donde los socorristas de Batán sacaron de su vivienda a una mujer de unos 76 años, quien comenzó a presentar complicadas presiones en el pecho debido a la falta de respiración por el agua.
La señora fue liberada por los paramédicos y de inmediato enviada al hospital de Matina para la oportuna revisión.
CARAS DE ESPERANZA
A pesar de que el gobierno declaró alerta roja y la ha mantenido en estas últimas horas en todas las comunidades sumergidas, las víctimas de esta emergencia no pierden la calma y muestran su alto nivel de esperanza dándole una sonrisa a quienes más la necesitan: los niños. “Dios sabe por qué hace las cosas, no queremos perder la fe, afortunadamente las autoridades no nos han abandonado y eso nos deja con mucha calma”, afirmó doña Irma Soto, vecina de Goche, una de las últimas zonas en quedar incomunicadas.
Los niños y sus risas hacen que el ambiente no sea tan negativo, aunque esta vez los juguetes no son parte del entorno de los infantes y sus padres, quienes únicamente miran al ocaso para ver en qué momento podrán regresar a sus moradas.
Lastimosamente, este tipo de emergencias se sigue prestando para que personas irrespetuosas cometan fechorías, tal como sucedió el martes por la noche en la escuela de Goche, de donde se robaron alimentos, trastes y herramientas para cocinar la comida de los albergados.
Hasta ahora se han invertido más de ¢3.500 millones en todos los recursos usados en este evento climático, según la CNE, conforme avancen las horas y mejore el clima podrán ir cerrando albergues y permitiendo que la gente vuelva a casa.
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CRÉDITOS: Fotos: Cristhian Cartín
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Jueves 09 Julio, 2015
HORA: 12:00 AM
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