Angie Quirós siempre tuvo algo muy claro, que no utilizaría el castigo para criar a sus hijos. Así lo ha hecho hasta hoy, que ellos son estudiantes de colegio y universidad.
Sin embargo, cuando comenzó a recibir capacitaciones contra la violencia y el castigo hacia los menores, esta vecina de Moravia se percató de que muchos padres de familia los aplicaban en su diario vivir y se propuso transmitirles un mensaje claro contra estas prácticas.
“Desde que recibo las capacitaciones, estoy más alerta de la forma en que los padres se dirigen a sus hijos y me he propuesto romper con esos patrones antiguos en los que el adulto se imponía ante el niño y también he podido participar en talleres para padres con el fin de que cambien este modelo y eduquen con amor”, comentó Quirós.
Los talleres a los que Quirós se refiere son una iniciativa del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) junto con El Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef) con el fin de que padres se eduquen y enseñen a homólogos suyos técnicas de crianza que excluyan la violencia y hasta los castigos relacionados con prohibiciones o reproches.
“Los castigos infantiles nunca debieron haber existido, son resabios de una cultura en la que el adulto imponía sus normas sin dar ninguna explicación. Muchos adultos que recibieron castigo físico se salvaron porque sus padres también les dieron afecto, pero los casos que conocemos de personas de la cárcel, por ejemplo, nos dicen que el castigo físico no sirve, lo que sirve es el amor”, dijo Elizabeth Ballestero, psicóloga del PANI.
Para Ballestero, a los papás se les debe enseñar que los niños tienen derecho a decidir y que deben ejercerlo y también a aplicar disciplina positiva, que consiste en explicarle al niño las posibles implicaciones de sus actos.
Mientras, Georgina Zamora, oficial de protección de Unicef, indicó que el objetivo es que quienes se capacitaron este jueves, puedan formar pequeños talleres en sus comunidades y transmitirles lo aprendido a otros padres.
“La academia de crianza del PANI ha ido trabajando con padres y cuidadores. Lo nuevo acá es que cada uno de ellos pueda iniciar, en su cuadra, grupos con sus vecinos y fomentar un diálogo sano que pretenda eliminar cualquier práctica de violencia hacia la infancia”, comentó Zamora.
