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Nacionales

Abuelo de 83 años sube 100 veces el Chirripó

Es pionero en la cumbre

  • Los montañeros que visitan su casa siempre quieren llevarse un recuerdo de él. Lo vemos aquí a un costado, con camisa a cuadros

  • Don Rogelio es un servidor comunal muy querido en San Gerardo de Rivas

  • Todos le piden consejo; uno de ellos es David Montealegre

Tras su menuda figura pocos adivinan que se esconde un hombre de una envidiable fortaleza física.  A sus  83 años don Rogelio Fonseca Vargas sigue tan activo como aquel inquieto chiquillo que hace 70 años escaló por primera vez el Chirripó, convirtiéndose así en uno de los primeros costarricenses en alcanzar la cumbre de este mítico cerro; con afán meramente deportivo. Sobre los primeros ascensos al Chirripó no se cuenta con registros fiables, pues solo se tiene el recuento oral de los  lugareños de mayor edad que ha trascendido a través de generaciones. Antes de eso solo se contaba con referencias de algunos indígenas que hablaban sobre un hermoso lugar donde el agua brota de las rocas, las lagunas se vuelven espejos y el silencio solo es roto por el susurro del viento. Ellos pasaban cerca de la cumbre por un ancestral sendero denominado El Paso de Los Indios, el cual aún se mantiene. En 1905 está documentado un ascenso de un sacerdote en compañía de varios indígenas para celebrar una misa en el “techo del país”. Luego hay referencias del científico Richard Weil que se mantuvo en la zona durante varias semanas estudiando el páramo. Quienes rondaban por esa área básicamente eran cazadores en busca de dantas por lo que su intención primaria no era alcanzar la cumbre sino capturar algunas piezas. En ese entonces encontrar la ruta hasta la cumbre era una tarea ardua que requería de mucha orientación y esfuerzo físico. Era necesario abrirse paso a punta de machete en largas jornadas de caminata. 

 

RETO A LA CUMBRE

 

El enigmático y recóndito sitio se convirtió en una obsesión para aquel chiquillo nacido al pie de esa montaña, en Los Ángeles de Rivas de Pérez Zeledón. Decidido a hacerlo, le propuso a su padre, don Porfirio Fonseca, buscar la manera de llegar hasta lo más alto, ya que él tenía nociones de cómo hacerlo pues ya antes había rondado por la zona. Poco tiempo después se armaron de los más rudimentarios elementos de alpinismo para emprender el desafío. Un saco de gangoche a manera de mochila, una gruesa cobija de lana, un chonete, botas de hule, unos cuantos trozos de carne seca y varios pedazos de dulce de tapa, fueron suficientes para emprender el ascenso. Totalmente decididos a lograrlo, poco a poco las empinadas cuestas y la densa vegetación fueron cediendo el paso a estos pioneros que supieron vencer el frío y el cansancio para después de varios días de extenuante esfuerzo alcanzar la cima.

 

Con la popularización del alpinismo en Costa Rica, a partir de los años 50 del siglo pasado, se iniciaron  las expediciones con interés propiamente deportivo, entre ellas las de Mainrad Kokemper, uno de los forjadores de esta disciplina en el país. Fue en 1958 que se realizó la primera expedición organizada de la cual quedó registro cinematográfico; la cual fue encabezada por el montañista de origen español Francisco “Paco” Fau y su esposa Margarita.

 

GUÍA Y ARRIERO

 

Con la creación del Parque  Nacional Chirripó en 1975  se requirió la ayuda de don Rogelio para marcar linderos y abrir senderos. Luego, tras el despegue del turismo de aventura hacia el parque, laboró varios años como guía y arriero, subiendo las pesadas cargas a los excursionistas.       

 

Es así como el empinado sendero fue testigo de sus múltiples ascensos de los cuales no llevó registro, pero muy probablemente sobrepasen la centena.

 

Hoy su casa se ha convertido en punto de encuentro de cientos de aventureros que desafían el cerro y que encuentran allí un lugar de descanso y hasta algún “puntalito” para emprender la dura jornada. Allí además, año con año se concentra el grupo de voluntarios que brindan apoyo a la carrera del Chirripó, los cuales siempre son muy bien atendidos por su esposa doña Mayela.

 

Don Rogelio es una persona que se mantiene vinculada al servicio comunal y se le puede ver en los turnos de la localidad haciendo de mesero o lavando platos con gran energía. En el salón comunal de San Gerardo de Rivas, está colocada su fotografía que lo reconoce como uno de los pioneros de esta pujante comunidad.

 

Hoy que el ascenso al Chirripó se ha tornado tan popular, bien vale valorar los esfuerzos de aquellos pioneros que hicieron posible que decenas de costarricenses y extranjeros puedan tener a su alcance y disfrutar  de uno de los paisajes más bellos del país. Don Rogelio abrió camino hace más de 70 años, su aventura se dio en el marco de un macizo agreste  el cual pudo conquistar en condiciones muy diferentes a las actuales. Por ello tiene bien merecido el título de “Pionero del Chirripó”.

 

En los últimos días don Rogelio ha sufrido un quebranto de salud. Desde estas líneas y con cariño nuestro deseo de que se recupere, para tenerlo de vuelta y seguir escuchando esas interminables historias que siempre cuenta de su montaña amiga.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

CRÉDITOS: Ricardo Arias Martínez Colaborador Fotos: David Barrantes

EMAIL: [email protected]

Jueves 04 Junio, 2015

HORA: 12:00 AM

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