Los enfrentamientos internos que se manifiestan desde el inicio de la administración de Luis Guillermo Solís entre la parte conservadora del PAC y los hombres de confianza del Presidente pasan una enorme factura a la función de la agrupación.
Las votaciones para el Directorio dejaron en evidencia un partido completamente fragmentado a lo interno. En el proceso se complicó incluso la elección de un candidato que representara a la fracción por la férrea oposición del fundador del partido, Ottón Solís, a lo que se sumó la aspiración de la legisladora Marcela Guerrero.
La situación es de tal magnitud que los demás partidos han criticado la terrible escena que pone en conflicto a los compañeros de la fracción oficialista.
“Evidentemente hay una ruptura importante en el partido, es muy claro. Las relaciones entre la Asamblea y Presidencia durante el último año fueron tensas porque la Casa Presidencial así lo quiso, yo espero que a partir de ahora, con un Directorio multipartidista el gobierno se vea obligado a negociar. El más interesado en tener buena relación con el Congreso es el Poder Ejecutivo, el año pasado hubo un error político en Zapote al asumir esa actitud, asumo que fue algo que se decidió y no algo antojadizo”, comentó Sandra Piszk, de la fracción liberacionista.
Ottón Solís dijo que a Liberación y a la Unidad Social Cristiana les incomoda aliarse, pero afirmó que lo hicieron para bloquear a Mora.
Epsy Campbell afirmó que el nuevo ordenamiento político les ayuda a construir desde otro lugar.
“Creo que las diferencias a lo interno son claras, veíamos cosas diferentes. Pienso que la Casa Presidencial entenderá que este es un poder independiente, y que trabajamos independientemente, con las mejores relaciones que se deben tener, en esta nueva etapa las relaciones tienen que ser transparentes, claras y con prioridades establecidas. No hay sorpresas, hace 4 años el PAC presidió un directorio de oposición”, señaló Campbell.
El presidente Luis Guillermo Solís ha manifestado en diferentes intervenciones que el país se enrumba hacia una nueva realidad política con la que deben negociar.
