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Sucesos

15 familias demandan al Hospital México

Conozca su drama

  • 15 familias se unen contra el Hospital México

  • Ellos quieren explicaciones por la tardanza en la atención

  • A Emiliano Obando le programaron una cirugía 3 años después de muerto

Quince familias están listas para contarle su historia al Ministerio Público y revelar lo que sucedió con alguno de sus parientes que estaban en la lista de espera de 200 pacientes para cateterismos cardiacos.

Lágrimas, dolor, impotencia, rabia y ganas de justicia es lo que une a estas personas que se preguntan, una y otra vez, qué habría pasado si a su allegado le hubieran efectuado el procedimiento especial en el momento en que debía hacerse.

Vilma Agüero convivió 36 años con Emiliano Obando a quien conoció en Río Frío de Sarapiquí, procrearon 5 hijos de los cuales 3 fallecieron y dos son los que la acompañan ahora. 

Ella asegura que cuando él se enfermó tuvieron muchas carreras de visita en visita a los centros médicos. “Él trabajaba en una bananera y con eso y mi pensión de ¢142 mil por mes manteníamos a las siete personas que vivían con nosotros en Finca 11, él era pochotón, una persona muy trabajadora hasta que un día en el Ebais de la comunidad le detectaron un problema en el corazón”.

A partir de ese momento inició el calvario, porque pasó a formar parte de la lista de espera en el Hospital México. “Nos dijeron que en cuanto hubiese espacio nos iban a llamar, pero unas semanas después se le durmió la mitad del cuerpo y volvimos al centro médico, a emergencias donde lo dejaron internado”.

Un día llegaron a verlo y el cuñado de Vilma entró pero salió serio y lo único que le dijo a los familiares es que él estaba muy grave, “estaba sedado, en la camilla de emergencias y al día siguiente lo pasaron a cardiología, donde lo estabilizaron. Él tenía unos tumores en la cabeza, pero nos dijeron que debíamos esperar que lo operaran primero para después hacer la cirugía del corazón”.

 

LO CITARON 3 AÑOS
DESPUÉS DE MUERTO 

 

Emiliano falleció, pero para sorpresa de Vilma tres años después la llamaron con el fin de decirle que ya tenían espacio para operarlo, algo que a la fecha ella no puede creer y lo recuerda entre una risa nerviosa y los ojos cargados de lágrimas. “Pasaron tres años, él era un ser humano y merecía atención como cualquier otro paciente, pero sobre todo tomando en cuenta que tenía problemas del corazón. Uno entiende si hay que esperar unos días, ¿pero tres años?”. 

Rafael Lobo es otro de los que estaba en la lista y falleció hace cuatro años. 

Uno de sus tres hijos, Gerardo, recordó que él fue al Hospital de Heredia a realizarse una prueba de esfuerzo. Fue en ese momento que le detectaron problemas en el corazón y lo remitieron al México, donde lo habrían revisado y regresado al centro médico de la Ciudad de las Flores. Ahí estuvo un mes hospitalizado.

“Recuerdo que coincidió con la huelga de anestesiólogos en el 2011 y un día de tantos llegué al centro médico y él me dijo que le dieron de alta y me pregunté porqué, si se suponía que debían realizarle una operación a corazón abierto”. 

El tiempo, común denominador en cada uno de los casos, pasó en medio del silencio, porque nunca los llamaron para indicar cuándo realizarían el procedimiento y la espera impaciente de quienes sentían que su condición de salud se complicaba.

 

4 INFARTOS SE LO LLEVARON

 

“El 2 de noviembre a papi le dieron 3 infartos mientras compartía con familiares y amigos en una fiesta y cuando llegamos al hospital de Heredia le dio el cuarto, lo entubaron, esperó una semana y falleció”.

Tres meses después la mamá de Gerardo recibió una llamada del Hospital México, según contó ellos pedían que Rafael Lobo actualizara sus datos para llamarlo después colocarle los tres “stent” que necesitaba. El “stent” es un tubo pequeño de material biodegradable, en la mayoría de los casos, que se utiliza para abrir las venas que han sido previamente tapadas u obstruidas y que generan que el corazón no reciba suficiente sangre.

“Mi mamá los atendió y les dijo que ya no, que muchas gracias, pero que mi papá había fallecido y la persona al otro lado del teléfono sólo dijo 'lo lamentamos' y colgó, desde ahí nadie ha dado una sola explicación de porqué el atraso”.

 

MURIÓ A 300 METROS DE LA CASA

 

Nuria Hernández revive con dolor el fallecimiento de su madre hace 1 año y 7 meses. 

“Ella murió un día después de su cumpleaños número 73. Estaba en la feria con mi hijo, que queda como a 300 metros de la casa, cuando recibí la llamada de un desconocido que es un ángel para mi, porque fue él quien nos alertó cuando mi mamá se desvaneció en media calle”.

Ella y sus hermanos, tres mujeres y cuatro hombres, corrieron en auxilio de su madre pero ya no había nada que hacer. 

“Cuatro meses después de que falleció mi mamá -que también estaba en esa lista de espera-, murió mi papá, de depresión, porque después de ese trágico día él no volvió a ser el mismo y su salud desmejoró mucho”.

“Me indigna saber que las cosas siempre son así, porque aunque seamos familias humildes, también tenemos derecho a la salud, a la atención y no sólo aquellos que al parecer tienen prioridad porque son amigos de alguien del hospital o familiares”, dijo Nuria.

 

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Sábado 25 Abril, 2015

HORA: 12:00 AM

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