El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, criticó enérgicamente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos al señalar que aunque tiene su sede en Washington (EE.UU.), se ha arrogado funciones que no tiene sobre los países, como es el caso de Ecuador.
Correa indicó que la Comisión tiene una mentalidad de “kermés de barrio” y dijo que otra cosa es la Corte, que goza de absoluta legitimidad, con juristas profesionales que respetan la institucionalidad de la Carta Interamericana y el Pacto de San José.
“La Organización de Estados Americanos le otorga la posibilidad de dictar medidas cautelares por medio de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en un reglamento que ellos se autootorgan esas capacidades, como si yo en un decreto me tome funciones que no me da la Constitución (Política de Ecuador)”, ejemplificó.
Además aclaró que no tiene nada contra la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero señaló una serie de lo que considera deficiencias y abusos por parte del sistema.
“La Comisión es una burocracia que sigue su propia agenda con una visión infantil, parecida a todas las organizaciones no gubernamentales, para que critique a nuestros gobiernos sin ninguna legitimidad”, relató.
Reclamó cuál será el papel de los presidentes y la duda de para qué servirá ganar elecciones, si la Comisión interviene. Exigió un cambio porque “siempre que alguien pierde las elecciones se va a quejar ahí y forma acusaciones (contra él) de dictadores y torturadores”.
Además refirió que recibió una invitación para visitar la Corte, sin especificar cuál será la agenda ahí.
Consultado sobre el rechazo de Ecuador a firmar la Carta de Derechos Humanos, Correa dijo que solo manifestó que no estaba de acuerdo con la resolución, que manifestaba un total apoyo al sistema porque la Comisión es contraria a sus objetivos.
“Estados Unidos no ha ratificado la Carta de Derechos Humanos, ¿cómo podemos entender que la sede de la Comisión esté en su capital? Los derechos humanos tienen como principio igual jerarquía, pero aquí sí hay una supremacía”, acotó ante las consultas sobre el tema.
No se refirió a los señalamientos sobre las violaciones a la libertad de expresión en su país al limitar a la prensa y poner barreras para que la oposición pueda manifestar la pluralidad de ideas.
En 2013 la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) denunció que en Ecuador algunos periodistas eran limitados en su derecho a la información.
