Ecuador ocupa desde ahora, y hasta el 2016, la presidencia temporal de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y el presidente de esa nación, Rafael Correa, dejó en claro que aplicará nuevos cambios. Su filosofía se mantiene fuerte en crear una organización similar a la OEA pero que no incluya a Estados Unidos.
La propuesta de Ecuador, que ha sido ampliamente respaldada por sus vecinos suramericanos, es crear una entidad en la que la región pueda concentrarse para resolver sus asuntos sin la intervención económica, política e ideológica de Estados Unidos.
La decisión muestra la diferencia de criterios que existe entre 33 países, puesto que Costa Rica dejó claro que esa no es la idea y que por ahora se mantendrá como un mecanismo de diálogo.
Después de asumir la responsabilidad de la Celac por un año, Ecuador declaró que no comprende cómo es posible que los países latinos deben resolver sus asuntos en territorio estadounidense y con los fondos estadounidenses. Con una sonrisa que trasmite toda la ironía de la oposición se responde a sí mismo que es porque quieren controlarnos.
En una exposición de manera conjunta con el presidente Luis Guillermo Solís, Correa insistió en utilizar el mecanismo de Celac para poner en funcionamiento la capacidad del continente para resolver el problema más urgente del bloque, eliminar la creciente pobreza que golpea a los 33 países de la unión.
"Hay que tener mucho cuidado, los pueblos se cansan de que nosotros estemos en cumbres, especialmente los más pobres, no podemos vivir en romanticismos. La integración ha dejado de ser un sueño de los libertadores y convertirse en una necesidad de supervivencia para los pueblos”, expuso.
El gobernante ecuatoriano se muestra crítico con los sistemas de diálogo que no obtienen resultados a los problemas que se plantean. Y tiene razón, un ejemplo claro de ello es Celac, que ha emitido resoluciones, pero nada garantiza que los acuerdos reduzcan el hambre que afecta al 10.5% de habitantes de esta región que viven pobreza y pasan hambre.
Como nuevo coordinador de la agenda de los 33 países, reconoció la importancia de la Cumbre y lo que significa para los representantes de 600 millones de personas llegar a un consenso, sin embargo afirmó que la integración debe rendir desafíos contables para los pueblos. “Tenemos los recursos para resolver el hambre en nuestra región”.
Correa criticó el sistema financiero que arrastra a los países a asumir deudas millonarias para cumplir sus obligaciones económicas, mientras que los países capitalistas hacen dependientes a los latinoamericanos.
