Una luz de esperanza les llegó a los chiquitos del Cen-Cinai de Corralillo de Guanacaste, quienes desde el 2012 están en instalaciones alquiladas que no reúnen las condiciones para un centro infantil, a pesar de que hay ¢11.074.000 donados por la Junta de Protección Social (JPS).
Los magistrados de la Sala Constitucional declararon con lugar un recurso de amparo planteado, porque desde el terremoto de Nicoya del 2012 el centro quedó dañado y a pesar de que existen donaciones de la JPS, no se ha iniciado la reparación del centro, donde acuden 35 menores de familias de escasos recursos.
La resolución judicial ordena a la ministra de Salud, María Elena López, así como a la directora nacional de Cen-Cinai, María Gabriela Castro, que en el término de seis meses coordinen las acciones para que se inicien los estudios sobre la reconstrucción del centro infantil.
TRES AÑOS DE ESPERA
El Cen-Cinai de Corralillo sufrió serios daños debido al terremoto de Nicoya ocurrido en 5 de setiembre del 2012 a las 8:42 a.m. El movimiento de 7,6 en la escala de Rictcher dejó el lugar dañado y necesita cambiar la losa sanitaria, reparar los muebles de concreto enchapados en la cocina, así como los azulejos de las paredes. Además necesitan que se cambien los ventanales de madera por unos de aluminio.
La orden fue desalojar las instalaciones y los menores se ubicaron durante varios meses en el salón comunal de Corralillo, sin embargo de ahí también fueron trasladados a una vivienda.
Desde hace tres años los padres de los pequeños son quienes pagan el alquiler y por eso los magistrados de la Sala IV resolvieron que el Ministerio de Salud deberá, mientras se realice la reconstrucción del centro, hacerse cargo del pago de alquiler.
De acuerdo con la resolución judicial, la falta ejecución de Salud atenta contra el bienestar de los menores beneficiados con el programa. Agrega el documento: “El Ministerio de Salud y el Cen-Cinai han omitido brindar apoyo técnico y económico a dicho centro y eso atenta contra el principio del interés superior de la niña y el niño”, justifican los abogados constitucionales.
