Lamentando la muerte de don Otto Fallas

Con el fallecimiento de don Otto, se me ocurre pensar que sería de nuestro país, si contáramos con más hombres de su calidad, que trabajaron con eficiencia, honradez, con salarios no muy buenos pero con un alto espíritu de servicio a la patria, no para servirse, sino para servir, con nobles ideales, dando su mayor esfuerzo en varias instituciones en forma simultánea, pero con un solo salario.

Hombres de su estatura es difícil volver a encontrar porque desde hace décadas el PLN cambió su ideología, muchos han pensado más en sus propios intereses, sirviéndose con la cuchara grande, con salarios hasta de ¢30 millones por mes, pero poca eficiencia.

En ese partido existieron hombres como don Otto, pero luego surgió una generación que se dedicó a ofrecer cosas a cambio del voto y su único fin se convirtió en ganar elecciones, perdiendo el norte que dio origen a esa agrupación política.

Aunque he leído que hay dos grupos que quieren reestructurar ese partido, creo que les cogió tarde, porque el descontento del pueblo se vio reflejado en las pasadas elecciones y si quieren resucitarlo, la actual fracción legislativa tiene la obligación moral de promover reformas sustanciales para que se eliminen los salarios desproporcionados, mientras existan personas sin techo, sin alimentos en sus mesas y salarios menores de ¢500 mil, que no cubren las necesidades básicas de las familias.

Si eso no ocurre pronto, el ejemplo de don Otto y otros ciudadanos ilustres que lo han dado todo por el país, tristemente se estaría tirando por la borda
Paz a sus restos y resignación a su familia.

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Sábado 24 Enero, 2015

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Efraín Solís Ureña