Según Creo
Así como se puede decir que hay un solo mandamiento que se llama la regla de oro y que ordena no hacer a los demás lo que no nos gusta que nos hagan, también se puede decir que hay un solo pecado que asume diferentes aspectos, y que ese pecado es el robo.
El asesinato se refiere a robarle a otros la vida, el adulterio a robarles la mujer, la calumnia robarles el honor, la corrupción política robarle al pueblo la confianza y el dinero, la inflación robarles el valor de su dinero, y así sigue.
Lo que parece más asombroso es que hay sociedades honestas. Motolinia cuenta que en el Méjico de su época un hombre podía dejar sola su carga de bienes en el mercado sin que nadie cogiera nada. Ahora no solo lo desvalijan sino que también le quitan la vida, porque la policía ha hecho una alianza diabólica con el cartel de la droga, desde que Méjico se sometió a la DEA con tanto servilismo como nosotros: para aumentar el consumo.
Cuando yo era un muchacho en Costa Rica las casas no tenían rejas, y uno podía dejar las bicicletas en el frente. Y se podía acampar tranquilamente a la orilla de un río. Ahora en cambio, en el lapso de unos pocos años, de acampar en un río amaneces muerto.
¿Qué es lo que ha pasado en tan corto tiempo, y por qué? La sociedad se ha vuelto delincuente, y parece que esto no es cuestión de los individuos, quienes imitan el tenor general; aunque siempre hay excepciones: los delincuentes son a veces unos pocos, y a veces somos todos.
Yo creo que tiene mucho que ver con esa transformación el paradigma del mercado: competir o morir, donde competir significa desbaratar al competidor. La supervivencia del más apto, aplicando incorrectamente a la sociedad humana el mismo principio que se refiere al tamaño de las poblaciones naturales.
El éxito, donde tener éxito significa hacer dinero no importa cómo. Y el libre comercio, donde nos comprometemos a importar los productos subsidiados s de las sociedades ricas sin ponerles arancel. Es abiertamente inmoral.
Un maestro de delincuencia es la industria del entretenimiento, la televisión, principalmente americana. En un viaje al Ecuador no podía yo librarme de esos programas violentos que pasaban por el tele de los buses como forma de entretenimiento. Si quisiéramos prohibirlo ¡estaríamos violando la libertad de comercio!
