Editorial
Parece que con la llegada de diciembre más de uno queda desmemoriado y se olvida que durante este mes también se deben pagar las deudas y solventar los compromisos.
Como quien dice, algunos se hacen los chanchos durante el último mes del año y en enero comienzan las dificultades, pues tienen que hacer de tripas chorizo para saldar deudas que dejó sin pagar.
A esto hay que sumarle la temida cuesta de enero, que ahora se extiende un poco más, en ocasiones hasta la mitad del año y un poco más, ya que hay quienes se enjaranaron tanto que las cuentas llegan por las nubes y los ingresos no les alcanzan.
Con el olor a ciprés, los adornos navideños, las reuniones con amigos y familiares, además de las carreras por las compras de regalos, hacen que muchos dejen de lado sus compromisos y después la vean fea sin tomar en cuenta que una deuda se debe solventar sin importar la época del año.
Cuide sus finanzas, no permita que el comercio las consuma, no deje que las malas decisiones lo pongan en aprietos de cara al nuevo año. Analice detenidamente qué tiene, necesita y desea. Haga una lista de prioridades y destine así parte del dinero.
Con esto vamos también a muchos padres que reciben salario, su aguinaldo y hasta bonificaciones y se hacen de la vista gorda con el pago de las pensiones, a sabiendas de que sus hijos no tienen qué estrenar, no cuentan con los recursos para comprarse un regalo y en muchos casos no hay ni siquiera comida para llevar a la mesa.
Es ahí cuando nos preguntamos dónde tienen el corazón estos hombres para traer pequeños a este mundo y no darles los insumos necesarios con los cuales ser felices; no es que el dinero compre la felicidad, pero sí por lo menos proporciona un bienestar.
Pero además les permite tener igualdad con otros niños, pues no hay nada más triste que pasar por un barrio y ver pequeños con sus bicicletas, carros, muñecas, figuras de acción y balones jugando en la calle, mientras a otros tan solo les queda ver y seguir soñando con que alguna vez Colacho o el Niñito se van a acordar de ellos.
No debemos olvidar que en diciembre también se deben pagar las deudas, pues a las personas que nos vendieron productos o nos prestaron plata estos recursos también les hacen falta para pasar un buen mes, así que ayúdelos para que no pasen una amarga Navidad.
Aprovechemos además estos días para pasarlos en familia sin que el licor sea el invitado especial en nuestras reuniones, debido a que en algunas ocasiones hay personas que no saben medirse y terminan aguándole la fiesta a los presentes, ya sea por sus bromas pesadas, insultos y en muchas ocasiones hasta faltas de respeto que no quiera Dios terminen en golpes.
Sentémonos a meditar cómo queremos vivir este 2015 y qué hicimos este año que no queramos repetir, a partir del primero de enero se inicia un nuevo capítulo en nuestra vida, el desenlace dependerá de lo que hagamos y/o dejemos de hacer; hay que vivir el hoy, porque el ayer ya pasó y el mañana es incierto.
