Zona Franca

Sigo con atención el comportamiento de la fracción liberacionista en el Congreso, observo con detenimiento la actitud de sus principales voceros.

Lo hago en busca de algo que no encuentro…

Más allá del siempre necesario control político, no pulso indicios de cambio en su patrón discursivo, tampoco atisbos de conciencia sobre la verdadera gravedad de la situación que atraviesa el PLN.

Percibo que en términos generales y salvo contadas excepciones, tienden a asumir una oposición oficiosa maquinada por ponderables electoreros de mediano y largo plazo, remotos a cualquier intento de constituirse en alguna alternativa válida que realmente tribute a la búsqueda de soluciones a los problemas que como país nos aquejan.

Lo anterior me lleva a inferir que aún no han metabolizado su reciente derrota en la urnas, que tienden a analizar sus causas como si se tratara de otro de los tantos accidentes circunstanciales, propio de los partidos inmersos en el juego democrático.

Parto de la base que cualquier proceso autocrítico genuino debería vertebrarse alrededor de un imperativo retorno a las fuentes que alguna vez hicieron grande al partido, y no a refugiarse verbalmente como si de mantras se tratara, en la historia de hechos remotos, un pretérito cuyos logros nadie discute al que habría que sumarle y ellos le han venido restando…

Son actitudes que redundan en un creciente divorcio con las mayorías incomprendidas que alguna vez los apoyaron y también en menoscabo de algo que podríamos llamar “la épica liberacionista”.

Esta manera de encarar la realidad no tardará en generar consecuencias, entre ellas algunas que comienzan a padecer, como la falta de criterios válidos para elaborar estrategias concretas.

Eso tarde o temprano y mientras perdure el relato partidario de las élites actuales, conduce a cierto grado de esterilidad política que dificulta la formación de nuevos líderes, y por esa vía al mismo relevo generacional que tanto están necesitando.

En dos platos y para no hacer largo el cuento, no veo por ningún lado esa suerte de “Perestroika” que la salud política de su partido les está pidiendo a gritos..

Todavía tienen tiempo de intentarlo, ojalá lo entiendan antes que sea demasiado tarde.

Mañana podría ser un buen día para empezar…

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Viernes 07 Noviembre, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Esteban Gil Girón