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Opinión

Discurso sobre los 63 años de vida del PLN

Hace 63 años un grupo de políticos e intelectuales, nuestros padres políticos, crearon en la Paz de San Ramón uno de los más antiguos partidos de América Latina y el de más larga vigencia en Costa Rica.

 

Varios de los aquí presentes somos testigos de nueve gobiernos liberacionistas y siete legislaturas de oposición. Durante esas seis décadas hemos creado una gran institucionalidad jurídica, abolido el ejército, engrandecido la educación nacional, construido una amplia infraestructura, incrementado las instituciones de bienestar social y consolidado nuestra democracia política. Seguimos aún trabajando por una verdadera democracia social.

 

Durante nuestros periodos de gobierno, confrontamos con éxito dos invasiones armadas y resolvimos con decisión varias crisis económicas, las más importantes en 1948-1973 y 1982. Las seis pérdidas electorales sufridas en el pasado han sido hitos para pensar, estudiar, discutir internamente, crear proyectos y programas, unirnos con las bases de nuestro movimiento y organizarnos para la siguiente contienda electoral.

 

Ante la adversidad, nuestro partido siempre ha seguido aquella consejera frase que un día de 1946, de adolescente, tuve el privilegio de escuchársela, desde los balcones del Diario de Costa Rica, a un fragoroso joven político que ese día retornaba de su exilio en México:

 

“Nuestro campesino nunca se sienta a llorar cuando se le vuelca la carreta”.

 

Esa fue una guía en la vida de lucha de nuestro máximo líder y el más importante político y estadista del siglo XX: don José Figueres Ferrer, nuestro querido Don Pepe. Hace seis meses tuvimos la más estrepitosa pérdida electoral que el partido ha experimentado. Ello aconteció en condiciones y circunstancias inéditas.

 

No es esta la ocasión para analizar a fondo las causas de esa caída electoral; sí creemos conveniente explicar las acciones que durante los últimos meses ha promovido el Directorio Político y comentar otros aspectos de la presente situación.

 

Se realizaron nueve reuniones regionales en todo el país, donde asistieron más de 1.500 dirigentes de base. Con gran paciencia y respeto, hemos escuchado a cientos de ellos y ellas, y también hemos deliberado con la totalidad de las audiencias. Pudimos apreciar un sentimiento de desazón por los pobres resultados electorales y se notaron entre sí muchas coincidencias sobre las razones de la pérdida.

 

Algunos dirigentes hicieron patente su denodado esfuerzo desarrollado después del 5 de marzo, pues al igual que el Directorio Político y el Comité Ejecutivo, tuvieron que llevar la bandera blanco y verde hasta el final, sin recursos, sin candidato, sin particulares ayudas, con modestia, pero con elevada dignidad partidaria.

 

También el Directorio, con la participación inicial de 300 compañeros y compañeras, promovió la constitución de 26 comisiones de estudio sobre temas cruciales del partido y del país. Esta semana, esas comisiones están rindiendo sus respectivos informes críticos que serán insumos para el futuro del partido y se pondrán en conocimiento de la próxima Asamblea Nacional.

 

Estas últimas aciagas elecciones nos dejaron serios problemas y el requerimiento de nuevas tareas, sin embargo considero que la única manera de abordar las circunstancias difíciles que nos aquejan y tratar de resolverlas es empezar por tener clara conciencia de la existencia de los problemas. No se vale tratar de ignorarlos y pensar que sin acciones estos tendrán solución.

 

En este cumpleaños, y por los momentos que atraviesa nuestro movimiento político, se hace imperativo comentar sobre el futuro. Por mis largos años de servicio en el partido, mi participación en seis gobiernos liberacionistas y en dos fracciones parlamentarias, creo que más que autoridad moral, tengo la ineludible obligación de presentar con franqueza los problemas que afrontamos y de modo positivo, las sugerencias de una factible solución.

 

Imperativo es realizar ajustes en nuestro partido. Solo me referiré ahora a los temas programáticos, éticos, estructurales organizativos y financieros en posición que coincide con el clamor popular y liberacionista.

 

ASPECTOS
PROGRAMÁTICOS

 

Bien conocemos todos que en el mundo ha aumentado el malestar y la desconfianza hacia los actores políticos y los partidos. Al igual que en otras latitudes, Costa Rica no ha escapado a esa actitud universal, sobre todo proveniente de los jóvenes, que se ha manifestado en abstencionismo electoral y en volatilidad de sus adhesiones partidarias. Esta desconfianza ciudadana tiene como fuente el temor a la corrupción y la impunidad, y el incumplimiento de las promesas y programas de algunos políticos.

 

En el actual panorama nacional, el crecimiento económico y la tecnología informática de las dos últimas décadas han transformado dramáticamente la psicología del cuerpo social; procede revisar no tanto la ideología misma y los objetivos primigenios de la social democracia costarricense, sino los métodos y propuestas programáticas de nuestras políticas públicas, para adaptarlos a los días que hoy estamos viviendo.

 

Toca ir reconstruyendo lo que yo llamo la socialdemocracia contemporánea a lo costarricense.

 

El estudio y el debate interno que se ha propiciado en el PLN preludia la realización del Congreso Nacional que hemos propuesto al Directorio Político. Igualmente, la labor de capacitación que se está emprendiendo en el renacido Instituto Rodrigo Facio -ahora que se dispone de los recursos-, no solo servirá en la formación intelectual, ética y política de nuestros futuros líderes, sino también como un centro de debates y permanente revisión del pensamiento y programas progresistas del partido.

 

LA ÉTICA

 

Las acusaciones de corrupción contra nuestro partido –las más de ellas injustas- sonrojan a la inmensa mayoría liberacionista y a dirigentes y servidores públicos que prestan sus servicios con absoluta integridad.

 

La corrupción es un flagelo existente desde las más antiguas sociedades. Ninguna institución nacional, sector privado o partido político está inmunizado contra ese mal que daña la eficiencia administrativa y el estado social, y corroe la moral de los entes públicos. Para muestra véase PAC y gobierno en lo últimos días.

 

Recuerdo que en uno de sus atildados discursos, don Luis Alberto Monge expresó: “Nuestro gran partido no está compuesto de ángeles y querubines, es de seres humanos de carne y hueso”. Debemos reconocer con hidalguía, que algunos pocos liberacionistas inescrupulosos han cometido irregularidades. Negarse a admitirlo impide que frontalmente luchemos contra la corrupción, como históricamente lo ha hecho el PLN. Recordemos que las fuerzas nacionales que apoyaron la Revolución del 48 se amalgamaron alrededor de la idea de combatir la corrupción pública que entonces se manifestaba en varias formas; todas las leyes de ordenamiento fiscal y de combate a ese flagelo –desde la creación de la Contraloría, pasando por la Ley de Administración Financiera y Presupuestos Públicos y otras, hasta la última Ley Contra la Corrupción y el Enriquecimiento Ilícito- se fraguaron, promovieron y aprobaron con el impulso y el voto de nuestros diputados. Sigamos con empeño, compañeros, por la ruta ética de combate a la corrupción, que desde nuestro origen trazaron los padres del partido. Honremos su memoria con una lucha firme y transparente a ese azote social, por convicción y porque solo así recuperaremos la credibilidad perdida de muchos ciudadanos liberacionistas.

 

REVISIÓN DE
LA ESTRUCTURA

 

La estructura interna y el funcionamiento del partido merecen unas consideraciones a la luz de mi experiencia como presidente, y sobre todo respecto a las últimas elecciones presidenciales.

 

El primero e importante cambio que propondré en la Asamblea Nacional -que espero convoquemos exclusivamente para fines estatutarios en diciembre, a parte de la del 8 de noviembre- será modificar la práctica común en separar drásticamente el comando de campaña electoral y las autoridades formales del partido. Tal costumbre no se origina en la última campaña, sino que en mayor o menor grado ha venido sucediendo en varias contiendas electorales.

 

Esa ominosa dicotomía atenta contra los más elementales principios de la administración, al separar la autoridad de su correlativa responsabilidad.

 

Todos los miembros del Directorio de alguna forma participamos en la campaña, pero ni uno solo se incluyó en el comando que tomaba todas las decisiones.

 

Aunque exista la mejor voluntad de ambas partes, esa dualidad provoca distintos puntos de vista e innecesarias diferencias, que pueden ser eliminadas si el gasto y las políticas de campaña las desarrolla un solo cuerpo decisorio y a la vez responsable.

 

La relación partido-Gobierno es un aspecto de trascendencia que merece reforma estatutaria y también legal. Las disposiciones del Código Electoral y sobre todo la sobredimensionada interpretación de algunos, establece un divorcio entre Ejecutivo y partido de Gobierno. Aquí entra en contradicción el mencionado Código, pues obliga a los partidos a que presenten sus idearios y programas, y a la vez les impide que vigilen la aplicación de esos principios.

 

Los vínculos partido–fracción han tenido en nuestro caso una gran fluidez y óptimos resultados, tanto con la anterior, como con la presente fracción parlamentaria. Reformas también deberán formularse para incluir a la juventud en puestos elegibles de las distintas papeletas eleccionarias.

 

Posterior a estudio y discusiones, habrá que decidir un sistema más democrático de escogencia de candidatos a las diversas posiciones de elección, respetando más los procesos piramidales de elección, sin tanta intervención del candidato y su cúpula.

 

También merecerá revisar el método de elección a la Asamblea Nacional de los movimientos y sectores, pues el actual sistema nos ha separado de una parte de las bases.

 

EL FINANCIAMIENTO
DEL PARTIDO

 

Algunos compañeros (as) discuten si somos partido o sólo maquinaria electoral. Mi criterio: a veces somos más maquinaria y en ocasiones más partido. Depende del momento en que se mire.

 

Para alcanzar los superiores estadios de la social democracia europea, procede fortalecer nuestras finanzas con la contribución popular.

 

No se puede depender en campaña de las grandes contribuciones personales de empresarios, aunque la mayoría de ellas, con buena fe, se haga con intención de colaborar con la causa ideológica.

 

También revisando el pretérito Liberación tuvo épocas de amplia contribución popular partidaria. Con los actuales sistemas informáticos será mucho más sencillo que antes formar una base de miles de contribuyentes de modestas sumas.

 

Un gran sistema de contribuciones de la militancia y de simpatizantes, elevaría en mucho el ranking democrático de nuestro partido.

 

Compañeros–Compañeras:

 

Ayer se cumplieron cinco meses del nuevo Gobierno. Con paciencia hemos dado tiempo para escuchar los programas y proyectos, que muestren una línea coherente de gobierno. Perdieron la oportunidad de los 100 días para mostrar una posición articulada de las políticas gubernamentales a futuro inmediato y de medio término.

 

Solo señales confusas hemos recibido desde Zapote.

 

Se suma a lo anterior la escogencia de un gabinete heterogéneo, inexperto y descoordinado que con frecuencia entra en contradicciones. No se ha formado el team futbolístico, que juegue con libreto y planificación, sino que más bien es como un grupo juvenil de mejenga, que retoza en la plaza del barrio. Las improvisaciones están a la orden del día.

 

Escuchar al Ministro de la Presidencia trasunta la indecisión y el desconcierto en que se encuentran. Asustan al ciudadano que se aterra con el recuerdo del 78-82.

 

En contraste, de nuevo el pasado, una semana antes de iniciarse la administración Monge Álvarez, el presidente electo se dirige al país. En su discurso solo se refiere brevemente a la crisis económica que vive el país, la peor agrego yo, de la historia económica de Costa Rica.

 

Presenta un programa integral de política monetaria y fiscal, enumerando una a una las medidas concretas que ha elaborado su equipo de Gobierno y que defenderíamos los diputados de entonces.

 

Aborda con detalle las medidas de contención del gasto, tributarias, de la deuda pública y las acciones de política monetaria de los siguientes 100 días.

 

Llama a la conciliación nacional sin el menor resquemor de la campaña recién pasada y convoca a todas las fuerzas productivas al optimismo y al esfuerzo nacional.

 

¡Qué diferencia, compañeros, de capacidad y madurez democrática! Me trae esto el recuerdo de los versos de Jorge Manrique, en las “Odas a la Muerte de su Padre”:

 

“Avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte cómo, a nuestro parecer, todo tiempo pasado fue mejor’’.

 

En este opaco panorama que miramos, oteamos con esperanza el papel de nuestra fracción en la Asamblea Legislativa. La labor que han desarrollado en estos meses ha sido de intenso estudio, con capacidad, mesura, madurez y trabajo en conjunto. En el análisis del Proyecto de Presupuesto, nuestros tres representantes en la Comisión han trabajado con seriedad y denuedo largas horas, sin estridencias, presentando las necesarias rebajas presupuestarias, siguiendo los principios de un partido ideológico para el cual, el presupuesto no es sólo un listín de gastos, sino la expresión monetaria de las políticas públicas.

 

Compañeros: Algunos de nuestros contendores han susurrado que Liberación recibió un golpe de muerte. ¡Qué lejos de la realidad están!

 

Acredito, después de recorrer el país que los liberacionistas de corazón están de pie, trabajando o esperando instrucciones para trabajar con mística por el partido.

 

Después de las acciones que ha emprendido el Directorio, pasadas la Asamblea y el Congreso Nacional, nuestro Partido debe rebrotar con su ideología y programación creativa, con mucha cercanía a las bases dirigentes y al pueblo en general, con financiamiento difundido, con destrezas modernas para atraer a los jóvenes y votantes desilusionados, con un estandarte de probidad que renueve la confianza y con una dirigencia compactada.

 

Invocamos para ello, la visión y capacidad estadista de Don Pepe, la probidad y eficiencia administrativa de don Chico, la filosofía ideológica y astucia política de Daniel y la pasión por las luchas sociales de Luis Alberto.

 

Trabajando mucho, con tesón compañeros, unidos en solo bloque sin escisiones, no atenidos a la indubitable debilidad que tendrán nuestros contendores, sino afincados en nuestro propio esfuerzo, así compañeros, iremos directo al triunfo del 2016 y 2018.

 

¡Feliz cumpleaños, Liberación Nacional! Que viva y florezca nuestro querido partido para bien de Costa Rica.

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Viernes 31 Octubre, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Bernal Jiménez Monge

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