El gobierno de Solís y la planta de refinación en asocio con los chinos

Desde que asumió la Presidencia don Luis Guillermo Solís me hice un propósito, y así se los hice ver a mis amigos, de no publicar comentarios criticando el desarrollo de las actividades del nuevo gobierno.

Y esto debe ser así porque tengo la confianza que el señor Presidente es una persona honesta en el discurrir político, porque la chapeada es larga y difícil; y por último porque yo fui uno de los que votaron por él.

Como parte de la chapeada que había que realizar está el embrollo que se empezó a armar desde el gobierno de don Óscar Arias con los chinitos, para construir una planta de refinación que viniera a sustituir la obsoleta que existió hasta hace unos tres años.

Fue tan confuso el planteamiento de esta idea que el propio presidente de Recope de aquella administración no entendía "ni papa" de lo que se trataba. Palabras fieles de un funcionario de nuestra embajada en China de aquel entonces; funcionario de Recope con quien se iniciaba una interminable caravana de funcionarios turísticos por aquellas latitudes, que solamente Dios sabe cuánto le está costando al país.

La idea era no hablar de este asunto de los chinitos, como lo escribí al principio, hasta que se aclarasen los nublados del día, pero realmente lo que está sucediendo en este gobierno, con el Ministro de Energía y la presidenta de Recope, realmente es inconcebible.

Por un lado el Ministro sin ninguna base técnica ni económica sale a decirnos que el proyecto va a generar una disminución del 20% en los precios internos de venta. Sin detenerse a estudiar todo lo que se ha dicho al respecto, sobre todo en su condición de máximo jerarca del sector de energía, aunque tampoco entendiera "ni papa", pero que pudo hacerse asesorar por personas que dominan la materia.

Y por otro lado está la presidenta de Recope que se nos va para China -que por cierto es un país maravilloso, al que he podido visitar con mis propios recursos- a ver cómo es que es. Porque por acá en Costa Rica le han hecho un enredo chino y es mejor ir a la raíz del cacho. Y de paso decirle a los chinitos que la caravana, ahora con nuevos integrantes, va a seguir viajando. Que no se preocupen, que “...la Refinadora va y va con el gobierno de China". Que vamos a revisar el "proyecto" echando afuera todas las brujerías que les echaron en la administración anterior.

Entonces me pregunto: ¿Para qué ir hasta China, si ya está tan segura que lo que han llamado proyecto se va a hacer? ¿No sería mejor ahorrarles a los consumidores tanto gasto en esa viajadora? Y no me diga que eso lo paga SORESCO, porque es lo mismo, todo sale de la venta de combustibles.

No le ha bastado a la presidenta los cinco meses que tiene de estar al frente de Recope para saber si el proyecto es factible; no le ha bastado para conocer cuánto es lo que se ha gastado en SORESCO a cuenta de todos los consumidores; y tampoco ha podido ni siquiera girar las instrucciones a su Departamento Legal para detener la demanda que la propia empresa que la puso a dirigir don Luis Guillermo ha establecido en contra del propio Estado.

Ahora el Tribunal Contencioso Administrativo rechaza la medida cautelar presentada por Recope para continuar con el proyecto. Y este fallo ya ha sido apelado, pero fue SORESCO quien lo hizo, dice la presidenta, porque Recope no tiene nada que ver.

Y le pregunto: ¿No es cierto que Recope integra la mitad de la junta directiva de esa empresa? ¿Y cómo es posible que un fallo lo apele una empresa distinta de la que hizo la demanda?

El problema. Les voy a recordar a estos dos funcionarios del gobierno del señor Solís, que el problema de este embrollo con los chinitos - que por cierto ellos no son los culpables del embrollo- no es un problema con el contrato.

Tampoco lo es porque los estudios los haya hecho una empresa afin con la CNPC (Corporación Nacional de Petróleo China), aunque desde luego esto es un delito dentro de nuestra legislación; como tampoco que la Contraloría General de la República, en flagrante atropello con los principios de una empresa pública, permitiera que en el contrato entre Recope y la CNPCI (Corporación Nacional de Petróleo China Internacional) se estableciera que Recope obtendría una rentabilidad del 16% sobre la inversión, como si esta empresa fuese privada. Y tampoco pareciera ser un problema técnico de diseño, porque a la larga un proyecto de ese tipo podría ser factible, pese a su tamaño.

El problema señores -ya es hora que lo entiendan y para eso no es necesario ir a China- es que la factibilidad económica está basada en un supuesto erróneo. En el sentido de que lo que se ahorraría en la sustitución de productos terminados por crudo, para refinarlo en la nueva planta, no puede ser tan grande como para que con el mismo se puede pagar el proyecto (préstamos, mantenimiento, depreciación, costos operativos), dejar una ganancia del 16% y además, como por arte de magia, rebajar los precios internos de venta de los combustibles, porque ni en un cuento chino eso sería posible.

Por ahí es donde debieron el ministro y la presidenta haber comenzado, antes de dar declaraciones el primero y alistar las maletas la segunda.

Como dicen en un programa radial deportivo, para entender esto no es necesario tomarse dos platos de sopa de pescado...ni siquiera uno.

*Economista

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Martes 07 Octubre, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Juan Antonio Rodríguez C.