Fortaleza.-La Selección Nacional tenía una cuenta pendiente con Uruguay y qué mejor escenario que el Mundial para el desquite y quitarse aquella espina de encima, por la amargura que provocaron los charrúas al eliminar al cuadro patrio de la copa de Sudáfrica 2010 en el repechaje.
Con esa convicción saltó al campo de juego el equipo costarricense, convertido en fieras, tal como dijo Joel Campbell que iban a llegar al torneo.
En las gradas un gran grupo de aficionados ticos se dio codo a codo con los uruguayos en cánticos, a pesar que los celestes eran mayoría. Los hinchas costarricenses contaron con el apoyo de los brasileños, que se volcaron a favor de la Tricolor. Ahí se niveló la cosa.
Fue un tanto chistoso escuchar a los brasileños decir “oe, oe, oe, chicos, chicos (en portugués la “t” se pronuncia como “ch” ).
Desde muy temprano los ticos fueron llegando al Estadio Arena Castelao esperanzados en salir festejando. En sus rostros se les observaba la angustia de la espera, pero después todo fue festejo y emoción. Muchos lloraron en cada uno de los goles. Fue un éxtasis total.
Edinson Cavani, de penal, pisoteó momentáneamente la ilusión de los costarricenses y soltó el delirio charrúa, quienes se encendieron con ese gol.
Costa Rica se estaba dando de tú a tú con Uruguay, que no había llegado con claridad a la portería de Keylor Navas. El portero tico con un gol recibido demostró sus reflejos felinos sacando un gol cantado de Diego Forlán.
Esa jugada cambió el partido. Si hubiera entrado la reacción de la Sele quizás no se hubiera dado como se dio en el complemento.
Los jugadores, después de una buena regañada del profesor Jorge Luis Pinto, dejaron sus miedos en el vestuario y salieron a jugar con solvencia, con mucha técnica y seguridad.
Parecía que los hubieran cambiado a todos y se tratase de otros jugadores vestidos de blanco.
Tampoco es que Uruguay fuera mejor, porque la Nacional controló bien sus virtudes, sino que la redonda no pasaba tanto por los nuestros.
Fue en el segundo tiempo que Joel Campbell se soltó a jugar y fue la fiera que prometió que sería, Cristian Bolaños se animó más, Celso Borges fue el lanzador y quien daba el equilibrio, Yeltsin Tejeda un perro de traba y todos compenetrados.
Hasta que llegó el gol de Joel, quien fue designado por FIFA como el mejor jugador del partido. Muy rápido cayó el segundo en la cabeza de Óscar Duarte, para entonces el estadio fue tomado por los ticos.
Los uruguayos cabizbajos en sus asientos, viendo a su selección corriendo detrás de la bola con el baile que le montó la Tricolor.
El tercer dardo, de un Marco Ureña, que ha sido criticado por los pocos minutos que suma en la liga rusa, fue la cereza del pastel a un fútbol de alto nivel que practicó el combinado tico.
Era como si la Selección tuviera 15 jugadores en el campo.
El final del juego lo manejaron con inteligencia, llevando la redonda a la esquina del rival. Ahí Joel hizo expulsar a Maximiliano Pereira, mareado por el baile que le dio pegado a la banda.
Los uruguayos tocaron el orgullo de los ticos titulando “Costa Pobre” tras la derrota frente a Japón en partido amistoso. Ahora se viene Italia, el viernes en Recife.
