Reflexión y crisis del PLN

La ocasión y la coyuntura son propicias para reflexionar sobre el Partido Liberación Nacional (PLN). Su accionar, principalmente, en la última campaña. La profunda crisis actual, que nos estalló en la cara, pero que data de los años ochenta. El PLN debe escoger el camino que le conviene.

La profunda crisis del Partido. Esta no es por casualidad, sino que tiene sus causas. La principal es que, lamentablemente, el PLN ha sido secuestrado por una camarilla que se apoderó de sus estructuras, compuesta por personas que lo han utilizado para el beneficio propio y de su grupo. No creen en la socialdemocracia ni en el principio filosófico y programático sintetizado por Don Pepe: “El mayor beneficio para las mayorías”. Son zánganos y tentetiesos de la política. Lo utilizan para llegar al poder, para servirse de él, con el único propósito de hacer negocios en los cuales no se distingue entre gobierno y privados o aquellos y estos...

Con la maldición de la deuda política adelantada, ya no solo se hacen negocios cuando se ejerce el poder, sino que, se hacen grandes negocios en las campañas electorales con la deuda política. La fiesta de los 5.500 millones de colones de esta, más las contribuciones particulares son sin parangón. Los actos de corrupción sin precedentes carcomen los cimientos y echan al canasto de la basura los ideales del Partido, de quienes lucharon en 1948 por la pureza del sufragio así como contra la corrupción y, que con esos mismos ideales, en la Finca La Paz, en San Ramón, el 12 de octubre de 1951 se fundó el PLN, con Don Pepe a la cabeza, Daniel Oduber, Luis A. Monge, Francisco J. Orlich y entre otros ilustres políticos, estadistas e intelectuales nacionales.

Cambiamos la socialdemocracia por el modelo de economía de mercado, porque la razón de ser del país según estos, debe ser exportar, exportar y exportar. Aunque está demostrado que el capitalismo es el modelo económico actual que da prosperidad, este modelo debe tener rostro humano. Las utilidades que genera este esquema político, social y económico, debe ser repartido en forma equitativa. El que pone el capital que tenga su tajada, pero el trabajo debe tenerla también, mediante salarios crecientes, eso sí, sin abusos como los millonarios salarios de algunos altos funcionarios o los jugosos y abusivos acuerdos y convenios colectivos, que pagamos todos sin distinción de clase ni salario, pero que devengan unos cuantos.

Sin embargo, la mayoría de estas utilidades se queda en la clase privilegiada, haciendo más ricos a los que más tienen y aumentando en forma exponencial la desigualdad. Como dijo Confucio: “En un país bien gobernado debe inspirar vergüenza la pobreza. En un país mal gobernado debe inspirar vergüenza la riqueza”.

Exorcismo para sentar responsabilidades: La estructura dirigente del Partido debe hacer su propio exorcismo. No basta el anuncio de un congreso ideológico. Más que reuniones de banquete y de candilejas, es propiciar un verdadero análisis y evaluación de abajo hacia arriba en la estructura partidaria. Sentar responsabilidades y variar el rumbo del Partido. Las autoridades superiores de este deben dar muestras de que están pensando en serio y que aquí no hay privilegios ni medias tintas. El exorcismo será como un terremoto con tsunami incluido, donde no quede “títere con cabeza”.

Se iniciará cuando estas autoridades tengan los pantalones y las enaguas bien puestas, como para sentar en el “banquillo” y sentar las responsabilidades que correspondan a quienes han actuado contra los intereses del Partido. Deben comenzar a convocar al Comité de Ética actual y decirles con toda claridad cuál es el norte. Si no tienen la capacidad, los pantalones y las enaguas para hacer el trabajo, que se vayan, que habrá verdaderos liberacionistas que sí quieren hacer el trabajo por el bien del Partido y del país.

Iniciar con el excandidato. El que abandonó el barco y lo dejó tirado a la deriva con la tripulación y los pasajeros. Se fue para la casa y la dirigencia de base tuvo que tomar el timón para hacer lo que se pudo, para que el barco no se hundiera. El Día E, votó y se perdió, mientras la dirigencia comprometida sudábamos la gota gorda. En la noche, lo más campante, aparece en el Balcón Verde a dar una conferencia de prensa. De previo entra bailando, cantando y con una sonrisa fingida que no le luce; como si no hubiera hecho y pasado nada. Además, hacer un exhaustivo escrutinio y revisión de lo gastado en campaña, para ver si hay sorpresas.

Si las cúpulas no actúan, se enterrarán junto con el Partido, con una lápida que el pueblo les señalará: “Por pendejos, desaparecieron: Requiescat in pace in aeternum (que descanse en paz por siempre)”.

No podemos seguir viviendo del pasado: Este mortal es el producto de la Revolución de 1948, de una madre que se quedaba sola cuidando y viendo a ver cómo hacía con su abultada familia; mientras el esposo y padre de sus hijos sufría la persecución por la lucha de sus ideales, allá en nuestro pueblo natal Esparza. Soy, también, el producto de la Segunda República, cuyas glorias alcanzan la segunda mitad del siglo pasado. Los frutos de los profundos cambios realizados, principalmente, por la Junta Fundadora de la Segunda República, seguidos por 9 gobiernos liberacionistas, han alcanzado a las actuales generaciones, y gracias a ello aún tenemos un país en paz, aunque los gobiernos de los años noventa para acá iniciaron el proceso de alejamiento del proyecto político, económico y social que fuera el alma del PLN.

Sin embargo, debemos adaptarnos al nuevo esquema mundial en lo económico, en lo social, en lo político y en lo cultural, sin renunciar a sus ideales.
Cambiamos o se acaba el Partido: ¿Existe disposición de todos en aportar un grano de arena para que el Partido cambie su rumbo? Cada uno en su rol con humildad y sinceridad, pero, sobre todo, con la verdad absoluta, sin padecer de anomia, dar debida respuesta a esta pregunta. Porque si el PLN no cambia, se convertirá en un partido tercerón, donde la camarilla que lo controla, cual jauría peleando la presa, se agarrarán del pelo cada 4 años, como en el otro Partido en crisis, disputando a quien escogen para ocupar los 5 o 6 puestos de diputados que elegirán a la Asamblea Legislativa, que pasarán sin pena ni gloria, haciendo el ridículo en compañía de la poca dirigencia y caudal electoral que les quedará.

La familia y la juventud: Nuestros hijos no vivieron los tiempos pasados y tienen sus propios proyectos de vida. Los sistemas sofisticados computacionales globales de la actualidad, cambiaron las sociedades, incluyendo la nuestra. Los jóvenes son el producto de estos profundos cambios, por lo que el PLN debe hacer un esfuerzo, por medio del reclutamiento, la capacitación y formación de cuadros jóvenes, para iniciar un proceso de cambio generacional y un proyecto político, económico y social con ingredientes aportados por la juventud.

La fe, la esperanza y la unidad: Sin estos tres ingredientes es difícil el cambio, la solución de la crisis y los conflictos actuales en el Partido. Hay que despojarse de toda clase de egoísmos, orgullos, rencillas. Bajo el concepto de aceptar que se puede discernir, pero que siempre habrá más cosas que nos unen de las que nos separan, con solo una visión: Renovar el Partido. Sustento lo anterior en las palabras del papa Francisco: “…desde un punto de vista simplemente antropológico, la unidad es superior al conflicto; hemos de contar también con el conflicto, pero experimentarlo debe llevarnos a resolverlo, a superarlo, transformándolo en un eslabón de una cadena, en un paso más hacia la unidad.” Ese es el reto y este es el desafío.

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Jueves 12 Junio, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Fernando Chaves Alvarado / [email protected]