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Opinión

Elecciones 2014: Se cierra un ciclo en la historia del país, ¿se abrirá otro?

Se van a cumplir 30 años de la firma del primer Programa de Ajuste Estructural (PAC I) que, en 1985, durante el gobierno de Luis Alberto Monge, sentó las bases para el viraje neoliberal de la economía costarricense.


La base de ese viraje fueron las privatizaciones. Primero, del sector bancario, financiado por la propia AID norteamericana, para competir con la banca pública. Luego siguió el resto de la economía: educación, salud, telecomunicaciones, seguros, obras públicas, etc. Creo que esa fue la esencia de la nueva política. Los resultados están a la vista y su mejor expresión (aunque no la única) es la creciente disparidad social, con todas sus consecuencias.


Estos 30 años se conmemoran en un nuevo escenario político en Costa Rica. Los resultados de las pasadas elecciones, de cierto modo inesperados, han desatado expectativas sobre el futuro político del país, del gobierno y del PAC. En un intercambio de cartas con el entonces candidato y ahora presidente de la Asamblea Legislativa, Henry Mora, en octubre pasado, explorábamos ideas y propuestas sobre algunos de estos temas en dos cartas públicas.


Ahora, con el escenario más claro, se puede avanzar un paso más en esas reflexiones, hechas con la intención de unir a los sectores sociales y políticos marginados por las políticas de los últimos 30 años en el país.


Como decíamos en esa carta, una fuerza capaz de ofrecer una alternativa distinta al país tiene que se mucho más grande que el PAC o que cualquier partido político aislado. Necesita, además, apoyo de los sectores sociales afectados por las políticas del pasado.


Es evidente que entre los partidos con representación legislativa las dos fuerzas que aglutinan esos sectores son el PAC y el Frente Amplio (FA). Basta ver sus programas para darse cuenta de esa realidad. Naturalmente, hay también sectores que se identifican con esas tendencias en otros partidos políticos.


Para gestionar el modelo actual tenemos, por otra parte, una centro-derecha socialdemócrata, otra social-cristiana y una derecha de corte más liberal. No veo un espacio para el PAC ahí, aunque en el partido haya sectores que se pueden sentir más identificados con esa opción. Pero no creo que sean mayoritarios.


En esas circunstancias, el gobierno podría transformarse en el escenario de esa pugna, con representantes de ambos sectores tratando de avanzar desde ahí sus proyectos. Si fuera así, el gobierno corre el riesgo de paralizarse y perder el rumbo.


Construir la nueva opción me parece un desafío para el PAC y para el nuevo gobierno. También para el FA y para las organizaciones sociales. No es esa, en todo caso, una tarea que nadie puede enfrentar solo.


Fuera del gobierno, quienes aspiran a un modelo distinto a este, que cumplirá ya 30 años, tienen también el desafío de hacerlo avanzar. En el plano político, nada le daría más fuerza que un acercamiento PAC-FA. Acercamiento que la derecha neoliberal tratará de bloquear.


Riesgos. La realidad política, expresada en la Asamblea Legislativa, impone límites a las posibilidades del gobierno. No se puede perder esto de vista. Ante esa realidad, ¿se concentrará el PAC en sus objetivos de corto plazo, de administrar el día a día, olvidándose de las perspectivas de más largo plazo?


Creo que sería un error. En ese caso, probablemente su papel se limitaría a administrar lo existente (o poco más), renovando un modelo que, a todas luces, requiere cambios. Cambios que fueron, además, base de su campaña, aunque con poca precisión en cuanto a su contenido.


El Frente Amplio me parece que corre un riesgo distinto al del partido en el gobierno, que sería el olvidar la gestión del día a día, para concentrarse en objetivos de largo plazo. Creo que sería un error que lo aislaría y despreciaría el capital político que representa su renovada y muy fortalecida fracción parlamentaria.


Lo cierto es que, en ese escenario, el gobierno podrá hacer solo lo que la realidad política le permita. Pero hay algo que no depende de esa “realidad” política. Es la tarea de aclarar objetivos, de señalar metas, de inspirar a la gente para tratar de lograrla, de dar las señales que pueda (y no son pocas) para mostrar que hay otro camino, no solo posible, sino necesario.


Si eso se logra, la tarea seguirá a partir del 2018. Si no, es difícil vislumbrar un camino, pero no es difícil predecir que seguirá profundizando la polarización social en Costa Rica.


Para que esa nueva visión de país tome fuerza, genere condiciones que vayan inclinando las fuerzas políticas hacia un nuevo modelo, lo sociedad civil tiene que expresarse. Solo así, al ciclo que se cierra se abrirá otro que evite meter el país en un callejón sin salida.

 

*Periodista

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Martes 10 Junio, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Gilberto Lopes

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