La gran consulta mundial

Es la mayor consulta dela historia de la ONU. El sistema de las Naciones Unidas invitó a los ciudadanos del mundo a opinar sobre cuáles deberían ser las nuevas metas, cuando en 2015 finalicen los actuales objetivos del Milenio. Se realizó una encuesta en las redes sociales y se desarrollaron 88 consultas nacionales y 11 diálogos temáticos. Todos los países fueron incluidos.

¿Qué piensan los ciudadanos del mundo sobre cómo debería ser el mundo? Cuando se les da la oportunidad de expresarse, por lo pronto, lo toman con gran interés. Hubo una respuesta que no estaba en las preguntas pero fue unánime: quieren participar y que se los escuche. Esto llevó a más de un millón de respuesta de todos los países, culturas, etnias, edades y ocupaciones. Para muchos, los más humildes, que constituyeron buena parte de las respuestas, fue la primera vez que eran consultados sobre temas de este tipo, y que se les pedía especialmente participar.

El informe del Alto Panel designado por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, sobre las metas postmilenio enfatiza especialmente la importancia de la experiencia en sí misma. “Estamos conscientes de que la próxima agenda para el desarrollo debe sustentarse en las experiencias, historias, ideas y soluciones reales de las personas a nivel de base, y que nosotros debemos esforzarnos al máximo para comprender el mundo a través de sus ojos”, expresa.

La ONU intentó a través de este esfuerzo sistemático, que comprendió a muchas de sus organizaciones, lograr “ponerse en lugar de ellos”.

Particularmente de los más pobres. Se hizo un esfuerzo especial para que aportaran sus puntos de vista. Las respuestas hicieron aportes muy concretos. Se enfatizó que se debía ir más allá de las metas del milenio, que cumplieron un rol decisivo y catalizaron procesos muy importantes de cambio. Se logró reducir los déficits en que están concentradas en un 50% o más, pero se debe avanzar a “cero déficit” y generalizar derechos a todo el género humano. Asimismo, el tema no era sólo la cantidad, sino la calidad. En educación, además de extender cobertura se pide profundizar en metas sobre los aprendizajes finales. En salud, junto a ampliar atención, atacar frontalmente los determinantes sociales de la salud, como el agua, el saneamiento, la energía sostenible y el medio ambiente. También se exigió practicar, en el diseño de las nuevas metas, un enfoque holístico.

Se resaltó que las metas del milenio estaban concentradas en los síntomas finales de los problemas, pero no en sus causas estructurales. También se subrayó integrar cuatro temas que no estaban en las metas originales: crecimiento inclusivo y trabajo digno, gobernanza y rendición de cuentas, paz y seguridad y sostenibilidad ambiental.

Indignación. Una línea principal recorrió la mayoría de las respuestas. Lo que el Informe final llama “la sostenida indignación que causan la pobreza y la desigualdad, la injusticia y la inseguridad”. Las desigualdades fueron llevadas al centro de los problemas actuales y por venir. También lo hicieron otros foros, como el de los empresarios reunidos este año en Davos, que las consideraron una de las mayores amenazas para el futuro del género humano. La consulta temática realizada al respecto por el sistema de la ONU para la definición de las metas postmilenio destaca en su informe final: “Desde la adopción de la Declaración del Milenio, muchos tipos de desigualdades han empeorado, incluso en áreas de rápido avance en materia desarrollo humano se han mantenido, e incluso empeorado, algunas desigualdades específicas. El mayor acceso global a tecnología y medios sociales puso de manifiesto la extensión de las desigualdades, despertando conciencia e intensificando las demandas por un cambio”.

Las desigualdades están comprometiendo el futuro de las nuevas generaciones. Según un estudio realizado en 32 países, un niño o niña que pertenezca al 10% más rico de los hogares, tendrá, en promedio, 35 veces más ingresos efectivos disponibles para suplir sus necesidades que un niño o niña del 10% más pobre. Los consultados no vieron las desigualdades como un problema que sólo concernía a los directamente afectados, sino que se pusieron “en el lugar de los demás”. En general, la visión de preocupación por el prójimo que estuvo tan presente en el millón de respuestas es en sí misma una esperanza para el género humano.

* Secretario General Asistente de la ONU y coordinador de la consulta mundial sobre los Objetivos del Milenio. Con autorización especial del autor para Página Abierta, Costa Rica.

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Martes 20 Mayo, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Olav Kjorven