Uno de los juicios más esperados de la historia de nuestro país está pronto a iniciar, allí serán juzgados 10 funcionarios de Adaptación Social acusados de homicidio calificado, lesiones graves y abuso de autoridad contra Johel Araya.
La muerte del “Rey de las fugas” -como le decían- se dio entre el 28 y 29 de mayo del 2011 en su celda individual llamada La Hummer, ubicada en Máxima Seguridad de La Reforma donde al parecer fue torturado por un grupo de custodios que se presume se la tenían jurada.
Tal como DIARIO EXTRA lo dio a conocer en exclusiva, en el resultado de la autopsia se determinó que Araya murió víctima de un aneurisma cerebral, o inflamación en las venas del cerebro, por los golpes recibidos aparentemente con garrotes, y una lluvia de patadas y puñetazos.
Miriam Bedoya, abogada de dos de los custodios acusados, manifestó que se encuentra a la expectativa de lo que irá a suceder este lunes 28 de abril y hasta el viernes 30 de mayo.
“Mis dos representados, acusados por homicidio calificado, se exponen a una condena de 20 a 35 años de cárcel. Sin embargo, están convencidos que saldrán absueltos.
Es normal que estén nerviosos y deseosos por tan esperado juicio, mientras siguen laborando en diferentes centros penales, excepto La Reforma”, explicó.
Cuando dos policías llegaron hasta la más temida celda, “El rey de las fugas” tenía al menos tres horas de fallecido. Lo hallaron acostado boca arriba sobre la cama, su cabeza pegando a la pared de block, los pies estaban sobre el frío suelo donde majaba una sábana blanca, y una botella de plástico entre ambos pies.
Araya vestía pantaloneta roja, una camiseta de tirantes azulada, su mano derecha estaba en el abdomen, y la izquierda sobre el colchón, lugar en el que pasó sus últimos meses en prisión, del que había jurado salir algún día.
ÚLTIMA CENA
Una fuente cercana a la investigación narró las últimas comidas que ingirió el privado de libertad: a las 7 a.m., del sábado 28 de mayo, desayunó café negro, un pedazo de pan bonete y se tomó una pastilla de la presión; 11:30 a.m., “El rey de las fugas” almuerza arroz, carne, ensalada verde y refresco de frutas.
A las 2 p.m. se tomó un café negro con pan y las pastillas del azúcar; 6:30 p.m. Johel cena por última vez en su vida verduras, arroz sin sal, refresco natural de cas y pollo con papas; 6:45 a.m., del domingo 29 de mayo, finaliza el recuento por parte de los custodios en el que reportan a Johel Araya “desmayado”.
Siendo las 7:25 a.m. llegan los paramédicos a revisarlo hasta su celda, lo examinan, le realizan las maniobras cardiacas y no responde a ningún estímulo. 8:42 a.m., es declarado muerto en su cama, según cruzrojistas no tiene ninguna lesión externa.
“LA HUMMER”
La celda en la que Johel Araya falleció es de 3 metros de largo por 3 de ancho, tiene una cama de cemento de dos metros de largo cubierta con un colchón, una almohada y una sábana blanca. A su lado, una mesita de noche donde ponía sus pastillas de la presión y del azúcar. Además de un servicio sanitario y un baño, había alguna ropa, un televisor y un radio, ahí mismo mantenía sus mascotas: dos gatos.
Una carta hecha de puño y letra por algunos reclusos de Máxima Seguridad aseguraban de los supuestos abusos policiales, los cuales empezaron a darse tras la fuga que lideró Johel, por lo que habían solicitado la ayuda a los altos jerarcas de Adaptación Social, pero esa medida al parecer no fue suficiente.
Tres privados de libertad conocidos como “París”, “El Pana” y “Chupas”, que al parecer fueron vapuleados por algunos custodios, irán como testigos por lo que la seguridad de la sala de juicios de los Tribunales de Alajuela estará reforzada.
