Intenciones comerciales en el campo de la salud infantil

Queremos alertar a la ciudadanía, a las y los habitantes de la sociedad costarricense, sobre la campaña de desprestigio contra el Hospital Nacional de Niños y su director Dr. Rodolfo Hernández Gómez por parte del periódico La Nación, con no confesables razones.

Los hechos.

1.- El día 16 de enero de 2014, una investigación interna del HNN, que no conoció La Nación y que tampoco investigó La Nación, sino que, cuyo origen fue de la misma Unidad Cardiaca del HNN, da como resultado la sospecha de actuaciones irresponsables, una de ellas que un médico de esa Unidad se ausentó en momentos de una cirugía cardiovascular.

2.- El niño que recibió la cirugía falleció, por lo que de inmediato se procedió a una investigación preliminar que determinó que era necesario suspender por cuatro meses a los involucrados, mientras se realizaba la investigación. La suspensión fue con goce de salario, no por capricho del Dr. Hernández, o del departamento legal o financiero de la institución, sino porque así lo señala la ley, y en apego a esas disposiciones, así se suspendió a los investigados.

3.- Se procedió a informar a las autoridades superiores de la institución, quienes avalaron lo actuado por el Director Médico, como por la Unidad Cardiaca.

4.- Cuatro semanas después, el periódico La Nación, que representa a accionistas nacionales y extranjeros ligados a otras actividades comerciales, publica con malicia fragmentos de la realidad de los hechos y da una cobertura desmedida a una investigación que no es producto de sus periodistas, sino hecha previamente por el mismo Hospital Nacional de Niños.

5.- Fue evidente que en el paso efímero del Dr. Hernández Gómez por la política, en donde fue exitoso porque ganó una convención interna por más del 82% de los votos y al retirarse de la actividad política se mantenía en un 22% de intención de votos para las elecciones nacionales, provocó muchos dolores de cabeza a quienes siempre han manipulado a políticos y partidos políticos, influenciando la elección desde sus páginas. No lo pudieron manipular porque el Dr. Hernández no es manipulable y, quienes lo conocemos de toda su vida como médico, sabemos de su carácter, moral y personalidad. Eso debió enfurecer a los que quitan y ponen en Costa Rica. La Nación encontró en este doloroso acontecimiento, ocurrido en quirófano, que podrían pasarle la factura y se la están pasando; lo hacen no solo dañando su limpia y exitosa carrera profesional, sino de paso generando dudas sobre la calidad del servicio que reciben nuestros infantes en el hospital.

6.- Otros actores han usado la mala prensa que La Nación ha orquestado contra el Dr. Hernández intentando promover el nombre de una estimable médica, a la que de pronto le alborotaron sus deseos de poder, para que sea la sucesora del Dr. Hernández cuando ellos terminen su plan.

7.- Es de corrillos que desde hace tres años un grupo de empresarios nacionales con apoyo de capital extranjero están obsesionados por instalar en el país un Hospital Pediátrico Nacional, privado. Sin embargo, la alta credibilidad y afecto que la población tiene por el HNN no les ha sido terreno fértil para convencer a los padres de familia que el destino de sus niños enfermos no es el HNN, sino su hospital privado. Nada mejor que esta coyuntura para provocar una oleada de informaciones parcialmente ciertas, para generar dudas sobre la calidad de los servicios que ofrece este maravilloso centro hospitalario a nuestra niñez.

Y no van a parar en este ataque a la salud pública porque el gran negocio aquí y en el mundo está en la medicina privada, si no veámoslo. Hace 15 años no existían los hospitales privados que tenemos hoy en el país. Lo exitosos que son se debe, en parte, al deterioro de los servicios de los hospitales y clínicas de la CCSS, a las listas de espera, a la atención de consulta externa, a falta de equipos médicos, a problemas de infraestructura, utilizándose como parte de una estrategia de desatención de la salud pública que por supuesto benefició a la salud privada.

Este ataque personal al Dr. Hernández e institucional al HNN, en el uso y manejo de las entrevistas, pretende debilitar el único bastión que les falta, la salud de la niñez. Negocio que seguramente aumentaría los ingresos a los que ven en la salud una actividad lucrativa y no un servicio.

No deja de resultar curioso y muy sospechoso el hecho de ser La Nación el único medio informativo que insiste una y otra vez en ataques sistemáticos de desprestigio contra el HNN, cuando ningún otro medio periodístico se les une a dicha acción, salvo informaciones evidentes profesionales como los denunciados por el mismo HNN sobre el caso del médico ausente en la cirugía. ¿Cuál será el móvil de esos ataques, cuando la ciudadanía ama al HNN?

Los costarricenses debemos continuar sintiéndonos orgullosos del personal del HNN, de su capacitación y formación, de sus procedimientos, del amor, profesionalismo y dedicación que ponen en la atención de nuestros infantes. Probablemente en sus encuestas podrían evaluar el alto grado de aceptación, credibilidad y cariño que tiene el pueblo costarricense en el HNN.

La conducta reprochable de algunos no puede usarse para pasar facturas viejas o nuevas. Lo realmente importante, y que se intenta ocultar, es el exitosísimo trabajo que se hace desde el HNN en favor de la salud de nuestra niñez. ¿Por qué La Nación no resalta dichas acciones, como un valor en uno de nuestros hospitales públicos?

Desenmascarar las verdaderas intenciones detrás de los dolorosos hechos es una tarea a la que no vamos a renunciar los que defendemos al emblemático Hospital Nacional de Niños, convertido hoy en campo de batalla de quién sabe qué inconfesables propósitos.

Que sepa la ciudadanía costarricense hechos presentes ante eventualidades posteriores de la creación de un hospital infantil privado, el origen en un pasado.

Este artículo fue entregado en el periódico La Nación el 27 de marzo, 2014, con sello de recibido pero no fue publicado.

*Ingeniero civil
Cédula 3-0185-0263

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Miércoles 16 Abril, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Eduardo Leiva López-Calleja