Con una capacitación, un buen almuerzo y por último una buena pachanga un grupo de trabajadoras celebró ayer el Día Nacional de la Servidora Doméstica.
Rosita Acosta, presidenta de la Asociación de Trabajadoras Domésticas (Astradomes), agregó que ayer fue la tercera oportunidad que festejan el día.
“Esta fecha de celebración quedará en los rincones de miles de hogares, donde cotidianamente trabajamos mujeres de todas las edades, asumimos el cuido, lavamos, planchamos, cocinamos a familias enteras. Posiblemente, estas familias nunca se han dado cuenta de este día y en algunas tampoco se conocen los derechos que hemos ganado”, manifestó ayer Acosta.
La sindicalista indicó que como parte de la celebración, la asociación, con el apoyo del Instituto Nacional de la Mujer (Inamu), realizó un conversatorio sobre los derechos de ese gremio. En la actividad, la abogada Vivian Quesada y la psicóloga Evelyn Piedra capacitaron a las 50 servidoras domésticas que se apuntaron a celebrar. Luego de las charlas y el almuerzo, armaron toda una pachanga en el local de Astradomes, Curridabat.
Acosta explicó que con el trabajo cotidiano de muchas mujeres organizadas han conquistado que se les reconozca en igualdad de condiciones laborales a todas las trabajadoras de nuestro país.
“Aún hay desigualdades producto de la forma en que nuestras leyes se han ido construyendo y no se nos da el lugar que tenemos, tomando en cuenta que si se reconociera, haríamos ricos muchos países al incorporarnos a sus estadísticas en el campo productivo y reproductivo. Entendemos que mientras nosotras trabajamos en la casa otra mujer o una familia entera puede incorporarse al trabajo, delegando en nosotras una serie de funciones y tareas del hogar”, dijo la sindicalista.
Afirmó que aunque no hay un estudio serio, se da por un hecho que en el país existen unas 180 mil empleadas domésticas, ya sea contratadas por días, horas o con dormida, a las cuales en su mayoría no se le reconoce sus derechos: horarios, días libres, feriados y seguro social.
“Desde Astradomes hemos tomado en nuestras manos darle seguimiento a los derechos ganados, pero también hoy nos planteamos si será justo el salario que recibimos. A algunas aún no se nos paga el mínimo legal de ¢158.335.10, porque no llegan a ganar el salario mínimo con dignidad y reconocimiento de que lo que hacemos, lo cual tiene un valor importante en la sociedad y en la economía nacional. Muchos y muchas se benefician”, concluyó Acosta.
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CRÉDITOS: Foto: Wilbert Hernández
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Lunes 31 Marzo, 2014
HORA: 12:00 AM
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