Muchos de nosotros acostumbramos a revisar las etiquetas de los productos para determinar la cantidad de calorías o azúcar que poseen, sin embargo aún no nos hemos acostumbrado a fijarnos en los niveles de sal que nos comemos.
El excesivo consumo de ella y sodio, a cualquier edad, es uno de los principales factores de riesgo para padecer presión alta y, por consiguiente desarrollar enfermedades cardiovasculares. El año anterior solo en nuestro país, murieron 5.676 personas por estos males, lo que corresponde al 30% de las muertes totales; “de ahí la necesidad de tomar conciencia de disminuir su consumo”, subrayó por su parte la Dra. Adriana Blanco, coordinadora del Programa para Reducir el Consumo de Sal y Sodio en Costa Rica, que lleva a cabo el Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa) en conjunto con el Ministerio de Salud.
Para que se haga una idea de la cantidad de sal que consumimos los ticos, según estimaciones basadas en datos de la Encuesta de Ingresos y Gastos de Hogares del 2004 en el país, el consumo total de sodio es de equivalente a 9 gramos de sal en una dieta de 2.000 calorías. Esto es “casi el doble de la cantidad máxima de sodio, recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, explicó la Dra. Katrina Heredia, del Inciensa.
Como parte de este programa, el Inciensa realizó un estudio para conocer la cantidad de sodio reportado en las etiquetas de los alimentos, y determinó que hay diferencias importantes de una marca a otra en un mismo grupo de alimentos.
El estudio analizó 5.263 etiquetas de alimentos y encontró que, por ejemplo, algunas galletas tienen hasta 5 veces más sodio que otras, en los embutidos hasta 8 veces y en el pan se detectaron diferencias de hasta 10 veces más, entre unos y otros.
Por eso es que es indispensable que usted se fije en las etiquetas y elija aquellos productos que contengan menos sodio pues comerse más de una cucharadita de sal al día podría perjudicar su salud.
