Quizás algunos venezolanos abandonan su país en busca de paz, pero la desdicha pareciera que los persigue. Tal es el caso de Rodolfo de Carloni, a quien mataron de un tiro en el tórax la madrugada de ayer en La Galera, Curridabat.
La víctima en sus últimos minutos de vida aprovechó para llamar a uno de sus amigos, a quien le pidió ayuda y de antemano se despidió por si no sobrevivía.
De acuerdo con información que manejan las autoridades, el occiso corría por el servicentro cuando fue interceptado por un grupo de antisociales que al parecer querían asaltarlo. No tuvo chance de defenderse y sufrió el balazo. Los cacos no le robaron nada, ni siquiera el celular y el suéter.
Los maleantes en apariencia se alarmaron al ver la sangre, por lo que huyeron; los cruzrojistas se movilizaron al sitio, sin embargo las probabilidades de sobrevivir eran pocas, así lo indicó el paramédico Luis Garro.
“El paciente permanecía consciente, sin embargo las pulsaciones eran bajas, ingresó en condición crítica”, comentó.
Desdichadamente la bala afectó órganos vitales, ocasionándole la muerte justo en la sala de operaciones del Hospital Calderón Guardia.
DIARIO EXTRA intentó conocer desde cuándo el suramericano permanecía en suelo nacional y si estudiaba o tenía algún negocio, pero en la Embajada de Venezuela nos informaron que desconocían sobre el homicidio y no tenían datos a mano.
La recepcionista Adriana Durán nos aseguró que el cónsul no se referiría al homicidio.
Las autoridades desconocen quiénes acabaron con la vida de De Carloni, quien tenía 23 años. Las investigaciones revelarán si en efecto se trató de un asalto o si fue otro el móvil del crimen.
