El Festival de la Luz cumple este año su mayoría de edad y entra en la edad adulta.
Jorge Villalobos, coartífice de este magno evento que reúne no solo a nacionales sino también a extranjeros, conversó con DIARIO EXTRA para contar cómo había sido su experiencia desde que este proyecto de la Municipalidad de San José dio sus primeros pasos.
“Todo comenzó en un viaje que hizo el alcalde Johnny Araya a Panamá. En esa ocasión lo initaron a participar en el Festival de Navidad que realizaba este país. Desde ahí nace la idea de realizar un evento similar en Costa Rica.
Cuando veníamos de regreso, me dijo que el nombre debía estar relacionado con luz por las características de esta, por eso se le llamó Festival de la Luz”, recordó Villalobos.
Así desde 1995, empresas privadas y algunos entes del sector público han unido esfuerzos para regalarles a los josefinos un desfile en donde cada año los efectos de las carrozas provocan asombro entre los espectadores.
“Son 18 años iluminando la ciudad de San José, lo cual ha logrado colocar a la capital en la mira internacional. Por ejemplo, CNN siempre saca una noticia sobre este evento y los canales nacionales se enlazan con los extranjeros para enviar la señal”, agregó el exfuncionario municipal.
GRATOS RECUERDOS
Todos los años que Villalobos estuvo al frente del proyecto le traen gratos recuerdos y uno que otro dolor de cabeza. Le viene a la mente un momento de mucha tensión: una vez decidieron hacer una carroza con un pegado que debía elevarse por los aires, pero llegado el día del desfile, el peso de la estructura hizo que la figura no pudiera levantarse. De inmediato, puso a trabajar un grupo de funcionarios de la Muni, quienes en tan solo 2 horas ya tenían resuelto el problema.
“En la municipalidad trabaja gente muy comprometida con este proyecto. Todos los funcionarios colaboran ese sábado en distintas funciones. Es un verdadero trabajo en equipo”, comentó el actual asesor verdiblanco.
El mismo asegura que el primer Festival no fue ni la sombra de los siguientes. Ahora las carrozas tienen más movimiento, las personas ya tienen incluso a la empresa favorita para los desfiles, de la cual esperan ver con ansias la sorpresa que le traerá.
“Esta ya es una tradición. Me he topado gente desde el día anterior durmiendo en tiendas de campaña para agarrar un buen lugar, hay otros que vienen desde Talamanca, como regalo a sus hijos por las buenas calificaciones. Es una fiesta nacional”, afirmó Villalobos.
