Editorial
Con el aguinaldo en la mano y pronto el salario de la primera quincena de diciembre, una buena parte de la población se lanza a comprar desmedidamente. Las calles están de locos y en muchas vitrinas exponen ofertas fantasma.
El dinero en esta época es lo que más circula en los comercios de todo el país. La gente llega con grandes listas de regalos y solo paga, paga y paga, sin antes fijarse en lo que le conviene.
Otro de los factores que se confabulan en la gastadera es el poco tiempo del que se dispone para hacer los mandados, pues reduce la posibilidad de caminar y comparar. Pero eso no es excusa para administrar bien los centavos que nos ingresan con el decimotercer salario.
En este mes reina la emoción y los ticos como es nuestra costumbre dejamos todo para última hora, descuidamos los compromisos financieros y olvidamos los riesgos de cada diciembre.
Las carreras y la mala planificación podrían salirnos bien caras, por eso tome un rato para ordenarse.
Pese a ser días de amor y unión, no faltan los aprovechados, a los que debemos tener de lejos.
No se ponga a merced de los garroteros, los comercios sin afán de hacer leña del árbol caído se lanzan a la caza del mejor postor y muchos inflan los precios de forma exagerada.
DIARIO EXTRA realizó un recorrido por algunas tiendas josefinas para ver cómo anda el costo de los juguetes y comprobamos que las diferencias en un mismo artículo de un local a otro llegan hasta ¢4 mil.
Es decir, un muñeco de la misma marca en un lugar puede costar ¢4 mil y en otro ¢8 mil. Si bien es cierto el comercio se rige por la ley de la oferta y la demanda, tampoco es justo ser víctima del abuso.
En Navidad y fin de año las personas están henchidas de alegría y eso en muchas ocasiones las hace perder la razón cuando se trata de comprar algunos caprichos, pero cuidado porque el anhelado aguinaldo le puede durar menos que cucaracha en baile de gallinas.
Tener plata en mano no implica dejar que le metan gato por liebre, eso jamás. Los consumidores tienen una responsabilidad de medirse al momento de adquirir artículos, pero también los empresarios, pues comercialmente no está bien que le metan el inflador a la mercadería hasta en un 300%.
La decisión de ser estafados por el boom navideño está en sus manos, pues el comprador es quien decide dónde, cómo y cuánto desea pagar por productos de su necesidad, y debe denunciar a los tagarotes ante las autoridades respectivas.
Por eso siempre es necesario hacerle mente a cada adquisición y no dejarse llevar por los festejos porque una mala decisión le traería dolores de cabeza.
Cuando se halle frente a un negocio cuyas vitrinas estén tapizadas con letreros llamativos y precios de lujo, nada le cuesta caminar un poco más, observar y consultar sobre otras marcas y sus costos, verá que el sorprendido con las ofertas puede ser usted.
No vaya a ser que en vez de tener la oportunidad de comprar su esperado regalo del Niño, se lleve un garrotazo de difícil recuperación.
A estas fechas el Ministerio de Economía no ha lanzado el tradicional estudio de precios y creemos que se hace tarde. Los compradores están en su derecho de conocer dónde y quiénes son los manipuladores de la economía decembrina.
Sería bueno saber desde ya cuáles son los comercios que a criterio del MEIC se sobrepasaron en los precios y así castigarlos con dejar de comprarles, pues solo así aprenderán la lección.
Este es el momento justo para hacer un llamado de atención en el tema de las garantías, pues la normativa es clara y concisa sobre el cambio de productos y la devolución del dinero.
Los comerciantes a veces se despistan y perjudican al cliente sin el menor de los reparos.
Por eso sea precavido y ordenado. No deje en manos de ajenos lo que tanto esfuerzo le costó ganarse.
Denuncie a los abusadores, solo de esta forma el comercio entenderá que diciembre es un mes de abundancia económica, pero eso no implica desbordarse en precios e ignorar condiciones de compra.
