Alternativas

Camino a Johannesburgo pasé por Sao Paulo. Me resulta aleccionador volver a constatar la inmensidad y pujanza de este Brasil que ha venido creciendo, disminuyendo la pobreza y la desigualdad y generando una gran clase media. Es el camino que América Latina debe seguir, y que no es siempre fácil como lo demuestra la caída actual de su crecimiento.

Aproveché la parada para encontrarme con José Mario Brasiliense, a quien conocí hace unos 18 años cuando era un muy eficiente colaborador de la Fundación Adenauer.

La Fundación movió su oficina a Río de Janeiro y José Mario estableció en Sao Paulo su propia operación: “Escola do Parlamento”. En ella se brinda formación para gestión a funcionarios de los municipios. Trabajan como una ONG sin fines de lucro, los municipios pagan por el costo de los cursos de sus funcionarios.

Cumplen una importante función para fortalecer la descentralización que es ciertamente esencial para lograr mayor cercanía con las comunidades en la atención de sus necesidades, más participación ciudadana y servicios públicos más eficientes.

Esa descentralización es en Brasil mucho más desarrollada que entre nosotros, lo cual es lógico en una nación casi 200 veces mayor a Costa Rica en población y en territorio; pero sigue siendo insuficiente para la eficiencia del gobierno. La percepción de los impuestos -que son altos en Brasil- se centraliza en el gobierno federal, de manera que estados y municipios dedican buena parte de su esfuerzo a la búsqueda de transferencias. ¿Suena familiar?

Me impresionó de manera especial el programa que ahora está ejecutando “Escola do Parlamento” en el campo de la participación de los municipios en la educación, ya que en Brasil la escuela primaria está a su cargo, mientras la secundaria es tarea de los estados.

La “Escola do Parlamento” trabaja en un plan bianual con ligas de municipios para ayudar a cada uno de sus integrantes a elaborar un plan de educación, que involucre en su preparación desde al Alcalde y el Concejal dedicado a la educación, hasta a los directores y maestros de las escuelas.

Se busca de esa manera crear consciencia de las deficiencias del sistema, de sus necesidades, y de los instrumentos para su solución.

A pesar de un esfuerzo muy meritorio de la empresa privada que coopera en Brasil desde el cambio de siglo en la mejora de la educación pública, medidos por las pruebas PISA, los resultados en cuanto a calidad siguen siendo bajos en comparación internacional. PISA (Programme for International Student Assessment) es un programa desarrollado por la OCDE para monitorear el éxito de los sistemas escolares de los países en la preparación de sus jóvenes. En esa evaluación Chile -que es la nación más destacada de América Latina y el Caribe- es el número 45 entre 77 países. Los demás vamos detrás.

Entre las doscientos mejores universidades, en la mayoría de las clasificaciones, solo se incluyen de América Latina la de Sao Paulo y la UNAM de México. En el siglo XVI cuando no había ninguna universidad en lo que hoy es EE.UU. y Canadá, había 6 en lo que es hoy América Latina

No lo podemos negar. Aunque hemos avanzado en cobertura nos falta mucho camino por recorrer en asistencia a secundaría y sobre todo en calidad de la educación. Pero no tenemos alternativa, nuestro futuro depende de hacerlo.

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Lunes 25 Noviembre, 2013

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Miguel Ángel Rodríguez E.