La frustración

El diccionario define la frustración como “malogro de un deseo”. Por un momento, piense usted en el sinnúmero de casos que en su vida se ha visto frustrado por algo o por alguien que no ha respondido a esos deseos suyos.

Los entendidos se refieren a tres términos –necesidad, obstáculo, frustración- como elementos constitutivos del fenómeno con los consiguientes efectos que conlleva la frustración, unos inmediatos y otros no tanto, a los que me he de referir en esta serie, Dios mediante.

Los autores que tratan el tema no están de acuerdo a la hora de determinar las posibles clases de frustración. Por citar tres o cuatro, Morgan en su Introducción a la psicología, se refiere a frustraciones ambientales (proveniente del ambiente), personales (deficiencia de la persona) y conflictuales (debida a conflictos personales). Crech, en su Psicología social, señala cuatro: ambiente físico (por ejemplo, la lluvia); estructura biopsicológica de la persona (incapacidad física para escalar una montaña); complejidad psicológica del individuo (deseos contradictorios); y ambiente social (normas sociales prohibidas, por ejemplo). Hilgard trae una clasificación algo más elaborada en su Introducción a la psicología.

Para los efectos de este escrito, me parece más acertada, por más simple y clara, la división de Cerdá en Una psicología hoy: frustración por demora, por impedimento y por conflicto. Y he aquí una elemental descripción de cada una de estas tres clases de frustración y de sus subdivisiones.

Por demora, y como la misma palabra lo indica, es cuando entre la necesidad y la satisfacción se da una tardanza, un “tiempo de demora”: me urge trasladarme a un lugar, y nada que aparece la persona que me prometió llevarme. Al sentimiento de mayor o menor frustración se añaden los de irritación, impaciencia, miedo, agresividad…, de acuerdo a cómo se siente la necesidad según los casos.

Dejo para un próximo escrito lo referente al impedimento y el conflicto.

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Sábado 11 Mayo, 2013

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Juan Luis Mendoza